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Electromovilidad: La respuesta está en los números

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David Madrigal Opinión RSE Sustainability & CSR

Electromovilidad: La respuesta está en los números



Formas de generación no tan populares y la electromovilidad podrían transformar nuestra relación con el planeta

David Madrigal
Ingeniero en energía y desarrollo sustentable

Corría el año 2017 cuando tuve la oportunidad de colaborar con el Premio Nobel de la Paz, el Dr. Rajendra K. Pachauri, junto a un grupo multidisciplinario de distintas universidades del país; revisamos las emisiones de CO2 de la ZMVM para, con base en inventarios, ver avances de cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible
(ODS) en el corto y mediano plazo.

Jamás olvidaré una plática que sostuve con él en aquel entonces, al igual que hoy, preocupado y ocupado por mejorar las condiciones ambientales en mi entorno, le dije: -Muchas empresas grandes están haciendo cosas para transitar a un mundo sostenible, pero nunca parece suficiente, ¿Qué podemos hacer?-. Su respuesta fue The answer is in the numbers- en alusión, (o eso fue lo que entendí), a que la sostenibilidad es tarea de todos, que el cambio real no es de unos cuantos, sino que se trata de esfuerzos de colaboración instrumentados.

Transporte, gran generador de emisiones

El reporte arrojó que cerca del 40% de emisiones en CO2 provenían del transporte. La ZMVM en conjunto, presenta una movilidad deficiente, sus habitantes recorren grandes distancias para llegar a sitios de trabajo o estudios principalmente, mientras que las opciones y condiciones de transporte público son inseguras en varios sentidos y poco prácticas. A nivel nacional, de acuerdo con el Balance Nacional de Energía (2016) de la Secretaría de Energía (Sener), el sector transporte consume cerca del 47% de la energía y contribuye con el 26% de las emisiones de CO2.

A todo esto, una vez que conocemos la principal fuente de contaminación, vale la pena saber cuáles son las opciones con las que contamos y a dónde deberíamos apuntar nuestros esfuerzos. La electromovilidad es una apuesta que parece fuerte, confiable, pero, desafortunadamente, muy lejana.

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Marco jurídico

Es fundamental entender que para obtener los cambios que se requieren, el marco jurídico debe modificarse. Además de hacer un esfuerzo entre parte privada y pública (algo así como lo que busca la Alianza por la Electromovilidad en México) pues, en nuestro país se cuenta con la exención de pago de: tenencia, impuesto federal del ISAN y verificación. Pero si volteamos a ver a nuestros colegas responsables del Brexit (donde las emisiones por este mismo concepto rondan el 28%), tienen incentivos hasta por 4 mil 500 libras (más de 125,000 M.N.) y sin irnos tan lejos en California, dan apoyos que parten de los 5 mil dólares, hasta en ciertos casos permitir que un vehículo de 30 mil cueste 19 mil dólares con los estímulos aplicados.

Es interesante ver esta clase de apoyos tan dispares. Actualmente, México es el sexto productor automotriz a nivel mundial y el quinto en fabricación de autopartes, lo que plantea mejorar la estrategia para continuar siendo competitivo en producción y consumo. Tuve la posibilidad de platicar con trabajadores de dos marcas que fabrican coches en el país y de quienes reservo el nombre. Mencionan que para 2030 solo construirán vehículos híbridos y para 2035 solo eléctricos. En Reino Unido, también para 2030 estará prohibida la venta de coches que no sean 100% eléctricos, dejando una brecha de por lo menos 5 años.

Centros de carga o electrolineras

Un punto medular para detonar el sector de la electromovilidad en México es la infraestructura y es que, la carga limitada y la escasa oferta de combustible generan poca confianza en el mercado. Es cuestión de ver los números para saber que los cambios se están dando, pues para 2017 se cerró el año con cerca de mil 188 electrolineras en territorio nacional y para 2019 ya teníamos 2 mil 100 puntos de carga. Solo es cuestión de tiempo para que cada vez las veamos en más sitios, de tal manera que ya no sea una razón para no optar por un coche eléctrico.

La pandemia nos enseñó que no somos eficientes en transporte

El home office en algunos casos nos mostró que, podemos hacer y bien, lo mismo desde casa, quizás mientras las opciones no sean mejores y más favorables, la transición siga siendo lenta y la mejor opción sea trabajar desde casa, incluso para ahorrar trayectos que van de 3 a 5 horas al día. Hay algunos early adopters que ya se han sumado a la electromovilidad, pero para el grueso de la población esto aún se vislumbra como una utopía, un sueño al que solo unos cuantos pueden aspirar. Esto se acentúa con un gobierno que en materia energética apuesta y pone todos los huevos (o la mayoría), en la canasta de una economía basada en la explotación de hidrocarburos.

The answer is in the numbers

¿La solución vendrá de la Iniciativa Privada (IP)? Se tienen que repensar las políticas públicas, cadenas de suministro, investigación y desarrollo, logística buscando la viabilidad económica, para que se logre con éxito lo que todos buscamos, teniendo claro que como a todos nos beneficia, a todos nos compete impulsar este cambio.

Hoy en día es normal ver un vehículo marca Tesla por la calle Masaryk en la Ciudad de México, pero los primeros diseños de autos eléctricos datan de 1834, de los franceses Gaston Planté y Camille Faure, yo me preguntó y retomo al Dr. Pachauri, ¿No es ya momento de que seamos parte de esos “números” que se requieren para acelerar la transición?

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