Tipo de búsqueda

...
The GreenSide

‘Manos con corazón’: una historia dulce que supera muchos retos

Manos con corazón


Teresa Zorrilla Palomar*

Imagina un delicioso chocolate: su aroma, su sabor dentro de tu boca…

Y si te gusta el mole, ¿te animarías a probar un mole diferente?

Esperamos que esas gratas sensaciones te motiven a conocer al grupo de productoras de chocolate y mole de la mixteca oaxaqueña, llamado “Manos con corazón”; y, por supuesto, sus productos, que son base para la gastronomía y deliciosos platillos de muy fácil preparación. Te contamos la historia y ya probarás los productos.

A partir de los sismos en 2017, con un grupo de hombres y mujeres que perdieron sus casas, en varias comunidades del municipio de Huajuapan de León, Oaxaca, por parte de Salud, Arte y Educación, A.C. (SAE) iniciamos los talleres de autoconstrucción y reparación de viviendas con diferentes ecotecnias, apoyados por jóvenes bachilleres y universitarios de León, Guanajuato, que, a partir de entonces, conformaron las brigadas BRAM (Brigadas de Amor por México).

El trabajo intenso y comprometido en tequio, más allá de la construcción de seis casas y un muro de contención y reparación de muchas más, dejó marcados los corazones de todas las personas participantes.

En 2020, la sindemia por COVID-19 imposibilitó continuar con los trabajos de reconstrucción con las brigadas y peor aún, la pobreza en las comunidades se acrecentó por la falta y pérdida de trabajos, las afectaciones a la salud, además del retorno de migrantes.

El grupo local de reconstructores, con Leticia Rivera Palacios a la cabeza, solicitó que apoyáramos el proyecto productivo que estaban iniciando.

Lety y su mamá, doña Joaquina, quienes llevan más de 30 años elaborando chocolate y mole para sacar adelante a su familia, decidieron compartir sus saberes con otras mujeres para que mejoren su economía.

“¿Cómo que van a compartir sus saberes con otras mujeres? ¿Por qué están haciendo su propia competencia?”, fue la pregunta de una estudiante de mercadotecnia.

La respuesta de Lety fue contundente: “Si a ellas les va bien, a nosotras y a la comunidad también, gracias a Dios.  Así lo hemos hecho siempre: trabajamos en tequio, compartimos lo que sabemos, hemos hecho más de diez grupos de cajas populares, nos alegra cuidar a nuestra gente y a la tierra donde vivimos; que la gente tenga dónde almacenar agua de lluvia, que mejoren sus casitas y aprendan a hacer otras cosas, que consigan trabajo y ahora en la pandemia, también les enseñamos a hacer gel con alcohol”.

Imagen: Laura Islas

El proyecto es un claro ejemplo de economía regenerativa, sus integrantes y aliados ponen la vida al centro de sus decisiones. Se ocupan de la gente y su entorno, de restaurar la salud y  la vitalidad de los ecosistemas, la sostenibilidad integral y evitar los desperdicios.

No es un proyecto acabado. Hay muchos retos. Va más allá de lograr un modelo de negocios sustentable, con los propios recursos y en comunidades con altos índices de pobreza, con pocos apoyos institucionales, e incluso necesidades básicas por resolver; ni ninguna prestación actualmente para sus trabajadoras, situaciones que habrá que modificar.

Desde el cambio de su fuente de energía (una fogata con tres piedras sobre las que ponían la cazuela para cocinar el mole) a una estufa ad-hoc con menos emisiones de carbono, del cuidado del agua, de ingredientes orgánicos.

De utilizar los sobrantes de moliendas de chile para control biológico de plagas. De aumentar las capacidades de las mujeres del grupo y de muchas mujeres más. De ampliar la sinergia con otras organizaciones de productores y comercializadores.

Del aprendizaje mutuo junto con otras personas de la comunidad (mujeres que elaboran tortillas, apoyo a tareas con niñas y niños), con Salud Arte y Educación y universitarios de la Ibero León; de las compañeras y compañeros de Regenerative Reboot (iniciativa de Kala Education apoyada por Fundación Mapfre) para lograr un modelo exitoso de negocio sustentable, de economía regenerativa.

Lety y su equipo, sin mucho rollo y sí mucho trabajo, constituyen un claro ejemplo de paz positiva. La paz positiva es mucho más que la ausencia de violencia. La paz positiva describe las actitudes, estructuras e instituciones que contribuyen a la creación y el mantenimiento de sociedades pacíficas.

El grupo “Manos con corazón” apuntala los pilares de paz positiva, al reconocer los derechos de los demás, fortalecer las relaciones con los vecinos, aumentar el nivel de capital humano, libre flujo de información, buscar distribución más equitativa de los recursos, ambiente propicio para negocios y otros más complejos, como son buen gobierno y bajar niveles de corrupción.

De hecho, el proyecto fue reconocido como finalista en la primera incubadora de proyectos productivos y paz positiva a nivel mundial, realizada por el Club Rotario de Ginebra el año pasado.

Varios activadores de paz han aportado mucho. Entre los activadores contamos a nuestra amiga y compañera María Antonia Pérez, quien viajó desde Medellín, Colombia, hasta la comunidad y diseñó los logos; Alejo Présiga en apoyo al modelo de negocios y otros.

Te invitamos a degustar el rico chocolate con sus cuatro ingredientes y el mole bien armonizado con sus 19 ingredientes, reconocido por varios chefs como uno de los mejores que han probado. Y a ser parte de estas historias. ¡Tus apoyos al proyecto son muy bienvenidos!

*Teresa Zorrilla Palomar es Directora de Salud, Arte y Educación.

Cuenta de correo electrónico: terezorri@gmail.com

Becaria Pro-paz de Rotary International:  https://www.rotary.org/en/our-programs/peace-fellowships

Ashoka fellow:  https://www.ashoka.org/en-us/country/mexico

Regenerative Reboot: https://www.regenerativereboot.com/

TAMBIÉN PUEDES LEER: GUÍA PARA SER MÁS CONSCIENTE CON EL MEDIO AMBIENTE
Tags:

También te puede interesar