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Cambio climático y cáncer en mujeres: un desafío creciente

Cáncer en mujeres


Durante años, las estadísticas globales de salud pública han demostrado que el cáncer en mujeres sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo

Sin embargo, en Estados Unidos, las tasas de cáncer en mujeres menores de 50 años han aumentado de manera más pronunciada que en los hombres de la misma edad. Esta diferencia sugiere la existencia de factores multifactoriales que afectan principalmente a las mujeres. Ahora, una hipótesis inquietante se suma a esta tendencia: el cambio climático podría desempeñar un papel clave en el incremento de casos.

El impacto del cambio climático en el cáncer en mujeres

Un reciente estudio publicado por Frontiers in Public Health advierte que el aumento de las temperaturas globales, impulsado por el uso intensivo de combustibles fósiles, podría estar relacionado con el incremento de cáncer en mujeres. Aunque el impacto por cada grado Celsius adicional puede parecer modesto, el efecto acumulado sobre la salud pública es considerable.

Los autores del estudio señalan que la planificación en salud debe incluir el cambio climático como un factor de riesgo en el desarrollo de enfermedades oncológicas. Además, destacan la necesidad de que las empresas en entornos vulnerables asuman un rol más proactivo en la mitigación de este fenómeno.

Datos alarmantes sobre cáncer en mujeres

El equipo de investigación, liderado por la Universidad Americana de El Cairo, analizó datos de 17 países del Medio Oriente y el norte de África, regiones especialmente afectadas por el aumento sostenido de las temperaturas. El estudio se centró en los cánceres más prevalentes en mujeres: mama, ovario, cuello uterino y útero, comparando su frecuencia y mortalidad con los cambios de temperatura entre 1998 y 2019.

Los resultados revelaron que por cada grado Celsius adicional, la prevalencia de estos tipos de cáncer aumentó de 107 a 280 casos por cada 100,000 personas, con el cáncer de ovario siendo el más sensible al cambio térmico. En términos de mortalidad, los decesos se incrementaron de 160 a 332 por cada 100,000 personas por cada grado. Los países con mayor impacto fueron Catar, Baréin y Arabia Saudita, donde las olas de calor son más extremas.

La investigadora principal, Wafa Abuelkheir Mataria, explicó que la crisis climática afecta la salud de las mujeres mediante diversos mecanismos interconectados, como la exposición prolongada a carcinógenos ambientales, la reducción en el acceso a atención médica y los efectos celulares del calor extremo. Aunque el estudio no establece una causalidad directa, sí presenta un patrón preocupante con implicaciones en salud pública.

La vulnerabilidad de las mujeres ante el cambio climático

El estudio también destaca que la desigualdad de género agrava el impacto del cambio climático en la salud femenina. Las mujeres marginadas, con menor acceso a servicios de salud, son más vulnerables tanto al calor extremo como a la falta de detección temprana del cáncer. Esta vulnerabilidad estructural incrementa el riesgo de muerte y refuerza la necesidad de políticas públicas con enfoque de género.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cambio climático intensifica problemas de salud ya existentes. El aumento de temperatura empeora la contaminación del aire, el agua y el suelo, incrementando así la exposición a sustancias cancerígenas. Las poblaciones en regiones de alto calor quedan más expuestas y, al mismo tiempo, tienen menos acceso a diagnósticos tempranos y tratamientos adecuados.

Eventos climáticos extremos y crisis en los sistemas de salud

La disrupción de los sistemas de salud generada por eventos climáticos extremos también agrava la situación. Olas de calor, sequías y huracanes afectan la infraestructura médica y la capacidad de respuesta en regiones con recursos limitados. Este es un problema particularmente grave en países en desarrollo, donde los servicios de salud ya enfrentan barreras financieras y logísticas.

El estudio señala que el cáncer en mujeres podría estar ligado directamente a estas condiciones. Por ejemplo, el calor extremo se asocia con mayores niveles de contaminación por partículas finas, un carcinógeno conocido. Además, los cambios fisiológicos inducidos por el estrés térmico pueden alterar funciones celulares, aumentando el riesgo de desarrollar cáncer.

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