Después de las cenas, los intercambios y las reuniones familiares, la Navidad deja una cantidad considerable de residuos. Esta temporada suele disparar el consumo de plásticos, cartón, vidrio y desechos orgánicos, muchos de los cuales terminan en rellenos sanitarios o, peor aún, en calles, barrancas y cuerpos de agua.
Aunque evitar por completo la basura navideña es complicado, es posible reducir su impacto ambiental. Esta guía reúne recomendaciones prácticas para manejar los residuos de fin de año de forma más responsable.
1. El árbol de Navidad también cuenta
Si fue natural, no debe ir a la basura común. En varias ciudades del país, como la Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey, existen programas de acopio para convertirlos en composta.
Si es artificial, la mejor opción es guardarlo y reutilizarlo por varios años. Tirarlo implica que termine en un relleno sanitario, donde puede tardar décadas en degradarse.
2. Separar residuos: básico, pero clave
Durante las fiestas se mezclan restos de comida, envolturas, botellas y cartón. Separarlos facilita su reciclaje:
- Orgánicos: restos de comida, cáscaras y servilletas usadas. Pueden ir a composta doméstica o comunitaria.
- Inorgánicos reciclables: botellas de vidrio, latas, cartón limpio y envases de PET.
- Inorgánicos no reciclables: envolturas metalizadas, unicel y plásticos contaminados con comida.
En muchos municipios, la separación sigue siendo voluntaria, pero hacerlo desde casa reduce la presión sobre los sistemas de recolección.
3. Ojo con las envolturas “bonitas”
El papel de regalo metalizado, con diamantina o plastificado no es reciclable, aunque parezca papel. Una alternativa es reutilizar bolsas, cajas, papel kraft o incluso periódico. Si ya se usó papel no reciclable, lo mejor es compactarlo y desecharlo para evitar que termine disperso en la vía pública.
4. Vidrio y esferas rotas: manejo con cuidado
Las botellas de bebidas y frascos pueden reciclarse si están limpios. En el caso de esferas rotas, lo recomendable es envolver los fragmentos en cartón o papel grueso antes de desecharlos, para evitar que se lastimen las personas encargadas de su recolección.
5. Luces y aparatos: no van con la basura
Las series de luces navideñas descompuestas y pequeños aparatos eléctricos no deben tirarse junto con los residuos domésticos. En México existen centros de acopio para residuos electrónicos (e-waste), organizados por gobiernos locales, universidades o asociaciones civiles, especialmente en enero. Busca este tipo de espacios en tu localidad.
6. Menos desperdicio de comida
Cada año, especialmente durante estas fechas, se desperdician toneladas de alimentos. Congelar sobrantes, compartirlos o planear porciones más realistas ayuda a reducir residuos y a cuidar el presupuesto familiar.
7. Limpieza responsable postfiesta
Al limpiar, evita el exceso de productos químicos. El vinagre, el bicarbonato y el jabón biodegradable son alternativas más amigables con el ambiente y suficientes para la limpieza doméstica básica tras las celebraciones.
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