jueves, diciembre 18

“Mariposas negras” (2024), dirigida por el cineasta español David Baute, ha emergido no solo como una pieza artística significativa, sino como una narración cinematográfica sobre cómo la crisis climática afecta de forma particular y desproporcionada a las mujeres. La película, producida a través de animación tradicional en 2D, se inspira en historias reales de mujeres que han visto sus vidas destruidas por el calentamiento global y han tenido que migrar para sobrevivir.

Una mirada íntima al impacto climático en las mujeres 

La cinta sigue a Tanit, Valeria y Shaila, tres mujeres de diferentes contextos geográficos —África, el Caribe y Asia— cuyas vidas se ven destrozadas por efectos extremos del cambio climático.

En el norte de Kenia, Tanit lucha por la supervivencia de su familia ante una sequía que convierte su región en territorio inhabitable; Valeria debe huir después de que un huracán devasta su hogar en una isla del Caribe, y Shaila se enfrenta al aumento del nivel del mar que ahoga su hogar en una isla asiática, obligándola a salir.

La película no se conforma con mostrar los efectos ambientales, sino que indaga en las consecuencias sociales y de género: las mujeres se enfrentan a mayores riesgos de explotación, barreras sociales y económicas, y suelen cargan con la responsabilidad de sostener a sus familias mientras lidian con la pérdida de su comunidad y recursos. Esta representación revela cómo el cambio climático agrava las desigualdades existentes y expone a las mujeres a situaciones de vulnerabilidad extrema.

La cinta sigue a Tanit, Valeria y Shaila, mujeres de diferentes contextos geográficos.

La elección de la animación —con una estética que conjuga delicadeza y crudeza— permite que las personas espectadoras conecten emocionalmente con historias que, de otra manera, podrían quedarse en cifras o estadísticas. La película es el resultado de más de una década de trabajo documental por parte de Baute, lo que se refleja en el detalle con el que reconstruye las vivencias de sus protagonistas. 

Reconocimientos y premios que avalan su impacto

El compromiso de “Mariposas negras” con un tema tan urgente le ha valido numerosos premios y reconocimientos en el circuito cinematográfico internacional, como el Premio Goya 2025 a la Mejor Película de Animación, el Premio Platino a la Mejor Película de Animación y el Premio Gaudì a la Mejor Película de Animación

No es una película sobre cifras, sino que da rostro y nombre a mujeres cuyas vidas han sido transformadas por una crisis que, a pesar de su urgencia, aún no recibe la atención que merece. Además, al centrar la narrativa en mujeres que enfrentan desastres climáticos y las tensiones añadidas de la migración, el filme permite entender el impacto humano del calentamiento global y, sobre todo, cómo este no es neutral en términos de género.

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