Representantes de comunidades locales de la Península de Yucatán y Greenpeace México concluyeron las primeras mesas de diálogo con diversas instancias de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) con un llamado contundente: establecer planes de acción para evitar la continua degradación de la Selva Maya.
Así, los habitantes de la Península viajaron al centro del país para exponer sus testimonios, solicitando que se ponga fin a las «decisiones de escritorio» que ignoran la realidad que enfrentan. Esta realidad incluye la degradación de sus ecosistemas, la fragmentación del tejido social; enfermedades ligadas a la contaminación de cuerpos de agua, inseguridad, la agudización de la violencia contra defensores ambientales y la militarización de sus territorios; así como una enorme presión sobre los servicios ambientales que ofrece la bio-región.
Durante el diálogo, se señalaron temas cruciales que carecen de sanciones efectivas y vigilancia. Entre ellos destacan la tala ilegal, el uso indiscriminado de agrotóxicos, la extinción masiva de abejas, las descargas de granjas porcícolas hacia los mantos acuíferos, y la ejecución de megaproyectos sin la presentación de Manifestaciones de Impacto Ambiental.
Ornela Garelli, directora de Campañas de Greenpeace México, señaló:
“Reiteradamente se puso de manifiesto las capacidades limitadas de las instancias debido a la falta de recursos asignados para su trabajo. Por esta razón es importante que para que las autoridades puedan cumplir con sus obligaciones el Estado asigne presupuesto suficiente en concordancia con la magnitud de la crisis ambiental que se vive en todo el territorio nacional y particularmente en la Península”.
Las organizaciones también enfatizaron las capacidades limitadas de las instancias gubernamentales, atribuidas a la falta de presupuesto, personal y recursos asignados para su trabajo de inspección y cumplimiento de regulaciones. Ornela Garelli, directora de Campañas de Greenpeace México, subrayó que es imperativo que el Estado asigne un presupuesto suficiente, acorde con la magnitud de la crisis ambiental que se vive tanto a nivel nacional como en la Península.
En la reunión participaron organizaciones como Proyecto Aak Mahahual A.C., Cenotes Urbanos, Sélvame del Tren, U Tumben Nekil Kuxtal, Terravida, y el Comisario Ejidal de Santa María Chi, Yuc, entre muchos otros colectivos y comunidades. Por parte de Semarnat, estuvieron presentes representantes de organismos sectorizados como la Conafor, Profepa, Conanp, Conagua, y la Dgira, entre otros.
Sin embargo, los grandes ausentes en este encuentro fueron las autoridades del Tren Maya y los representantes de los gobiernos estatales, cuya participación se considera vital para consolidar un espacio multisectorial y realmente representativo que garantice un bloque de compromisos articulados.
Demandas Específicas de la Sociedad Civil
Las organizaciones y representantes de la sociedad civil presentaron exigencias puntuales para la protección de la Selva Maya:
- Freno inmediato a los impactos y daños del Tren Maya: Se requiere urgentemente un diagnóstico integral que evalúe los impactos sinérgicos y acumulativos de este megaproyecto, además de la implementación de un Programa de restauración integral regional en la Península.
- Límites a megaproyectos: Se exige una estrategia regional urgente de prevención con vigilancia ambiental, participación comunitaria y fuertes sanciones para proyectos inmobiliarios, granjas, energéticos y relacionados con agrotóxicos.
- Alto a proyectos que rebasen límites ecológicos: Es crucial establecer lineamientos vinculantes basados en la capacidad de carga del ecosistema y la perspectiva comunitaria, además de implementar instrumentos de regulación de uso de suelo más claros y restrictivos para blindar el ecosistema selvático.
- Moratoria a megaproyectos y Programa Peninsular de Restauración: Se demanda una moratoria a las autorizaciones de cambio de uso de suelo y la reparación de daños con una restauración integral que cuente con la participación de los pueblos y una visión territorial.
Un punto de atención apremiante adicional fue la militarización de los territorios que se ha experimentado tras la irrupción del Tren Maya, la cual, según las comunidades, ha facilitado la reproducción de múltiples violencias y ha incrementado la inseguridad, manifestándose principalmente en el control del espacio público por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Carlos Samayoa, coordinador de la campaña México al grito de ¡Selva!, manifestó:
“Reconocemos la relevancia de este espacio, pero desafortunadamente quedaron pendientes resoluciones que obliguen a las autoridades y con ello podamos acelerar la protección de la Selva Maya. Ya presentamos nuestras demandas puntuales y Semarnat se comprometió a dar respuestas en un plazo no mayor de 20 días para continuar este diálogo”.
Por su parte, Beatriz Garrido, del colectivo U Tumben Nekil Kuxtal, precisó:
“Venimos desde la Península porque tengo que expresar lo que siente mi comunidad. ¿De qué sirve tener una Secretaría si no tiene fuerza? Nos está lesionando a nosotros. No le estamos dejando nada a nuestros hijos y ya no tenemos una vida digna, nos la están quitando, y el derecho que tenemos de la vida y la salud.
Ya no estamos viniendo a pedir, sino que exigimos que como Secretaría hagan su trabajo porque no podemos seguir con esta situación. Es la exterminación del maya. Pero seguimos luchando. Sólo pedimos que respeten las leyes y a nosotros como comunidad».
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