Se vive una crisis de biodiversidad que afecta todo el planeta y América Latina es una de las regiones más impactadas

El Índice Planeta Vivo global 2022, elaborado por el World Wildlife Fund (WWF), muestra una disminución media de 69% en las poblaciones analizadas de animales salvajes entre 1970 y 2018. Esto representa una amenaza significativa a la biodiversidad.

De acuerdo con el informe, América Latina tiene el mayor declive regional en la abundancia poblacional media de vida silvestre con 94%. En tanto que la evolución de las especies de agua dulce estudiadas también está cayendo con 83%.

“Un millón de especies vegetales y animales están en peligro de extinción. Entre el 1 y el 2.5% de las aves, mamíferos, anfibios, reptiles y peces ya se han extinguido. La abundancia de sus poblaciones y su diversidad genética han disminuido y las especies están perdiendo sus hábitats debido a cambios en el clima”, explica Robert Watson especialista del Centro Tyndall de Investigación sobre Cambio Climático.

Factores

La degradación de los sistemas terrestres, marinos y de agua dulce se debe a factores como la sobreexplotación de plantas y animales, las alteraciones de uso del suelo, la contaminación, las especies exóticas invasoras y el cambio climático.

Sin embargo, ¿cómo se generan estos factores? Se originan de la demanda creciente de energía, alimentos y otros materiales. En los últimos cincuenta años, la búsqueda del rápido crecimiento económico, el incremento poblacional humano, el comercio internacional y el uso constante de la tecnología fueron las principales causas de estas problemáticas.

“Hemos explotado los servicios que tienen valor de mercado, por ejemplo, la producción de alimentos, fibras, energía y medicamentos, a costa de los servicios que no tienen precio de mercado, sino un valor económico y social más general”, menciona Watson.

Metas Aichi

Ninguna de las veinte metas de biodiversidad de Aichi para 2020 se ha cumplido completamente. Cabe recordar que estos propósitos fueron planteados durante la COP10, con el objetivo de detener la pérdida de la naturaleza, así como el soporte vital de todas las formas de vida en el planeta.

Sin embargo, la situación en 2020 era aún peor que en 2010. En otras palabras, los progresos para conservar y restaurar la biodiversidad han fracasado en todos los países.

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