La consciencia cívica y ecológica también está entre los jóvenes. En diciembre pasado, Heidi Melissa, de 13 años de edad, a través del programa piloto de presupuesto participativo en su localidad, logró la reforestación de dos hectáreas de pino en su comunidad

La estudiante de Telesecundaria en Santa Ana Tzacuala, Hidalgo, lo hizo debido a la convocatoria que publicó la asociación Ollin en colaboración con el gobierno local. Se invitó a la gente compartir ideas y proyectos en beneficio de la comunidad. Después el voto popular eligió a tres finalistas. Heidi consiguió el tercer lugar de aprobación ciudadana y su iniciativa fue posible.

La propuesta de Heidi nació desde cuando pequeña, cuando durante sus paseos, notaba que muchos árboles lucían descuidados, mutilados o quemados. Para ella es de gran importancia recuperarlos y dejar de utilizarlos como leña.

El que se lograra plantar pinos fue un esfuerzo de la comunidad de mujeres de Santa Ana Tzacuala, dijo a la prensa en su oportunidad la joven estudiante.

La voz y acción de las personas

Con la asociación civil Ollin, en 2022 se llevó a cabo una prueba piloto. Fue implementar el Presupuesto Participativo en esta comunidad indígena de 4 mil 050 habitantes. El ejercicio tuvo por objeto potencializar la participación de sectores que han estado excluidos para hacer efectiva la participación ciudadana y generar impacto social.

Estos ejercicios piloto buscan que la participación ciudadana y democracia directa, incida entre niños y jóvenes para que, conforme maduren,  hagan valer su derecho para decidir qué es lo mejor para sus comunidades.

La propuesta de Heidi Melissa, consistió en reforestar dos hectáreas de su comunidad. Al haber resultado una de las ganadoras, la gente se organizó y sembró 2 mil árboles.

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