El impacto del extractivismo es sobre todo negativo, pues las comunidades sufren las afectaciones en su cultura, en el aspecto medioambiental, político y económico, así indican especialistas

“Los llamados extractivismos se han convertido en un drama social y ambiental que se repite en casi todo el planeta”, según el biólogo uruguayo Eduardo Gudynas

El extractivismo aparece en América Latina en los diferentes rincones del continente. Desde las perforaciones petroleras en la Amazonia de Ecuador al monocultivo de soja en las sabanas del centro de Brasil. Desde la megaminería chilena al fracking en la Patagonia de Argentina, añade el experto.

De acuerdo con Servicios para una Educación Alternativa A.C. (Educa), México no es la excepción. A pesar de que recientemente se realizó una reforma a la Ley Minera, cuyos cambios representan un avance. Ejemplo de ello es retirarle el carácter de actividad preferente a la minería. Estas modificaciones no son suficientes frente a la exigencia por la preservación y la defensa de los territorios que hacen comunidades indígenas en el país.

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Amenaza a la vida de las comunidades

En el estado de Oaxaca, existe una alerta por las graves afectaciones ambientales que produce la extracción de minerales en diversas regiones de la entidad.

A la fecha existen 294 concesiones mineras vigentes, de las cuales se tienen registrados 45 proyectos en curso. Los impactos que esto genera son la contaminación del agua, el abatimiento de los mantos freáticos y la afectación a la actividad agrícola, entre otros graves impactos. Además, las presas de jales de las mineras figuran una amenaza constante para la vida de las comunidades.

En esta nueva entrega de la Campaña de Cambio Climático “La justicia ambiental no puede esperar”, Educa quiere propiciar una reflexión sobre los impactos del extractivismo en comunidades y regiones empobrecidas del estado y del país. Esta industria, en nombre del progreso y del desarrollo, sólo produce miseria, despojo y desolación.

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