El secretario general de la ONU, António Guterres, exhortó a apoyar el Pacto de Solidaridad Climática, durante la reunión de los BRICS, cumbre del bloque de países integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, llevada a cabo en Johannesburgo, Sudáfrica

El Pacto de Solidaridad Climática es un plan en el que los países desarrollados brindan apoyo financiero y técnico para ayudar a las economías emergentes, en África y más allá, a promover una transición equitativa y justa a la energía renovable

También solicitó respaldo a su Agenda de Aceleración para impulsar dichos esfuerzos, con los países desarrollados comprometiéndose a alcanzar emisiones netas cero lo más cerca posible de 2040, y los países en desarrollo lo más cerca posible de 2050.

“Como cuestión de justicia, África debe considerarse una prioridad en todos estos esfuerzos”, puntualizó.

Asimismo, insistió en que los desafíos comunes no se pueden resolver de manera fragmentada.

“Trabajemos para promover el poder de la acción universal, el imperativo de la justicia y la promesa de un futuro mejor”, concluyó.

Cooperación en mundo fragmentado

Guterres sostuvo que el mundo necesita unidad para la acción y la justicia, según lo mostró el inspirador caso de Sudáfrica.

“He venido a Johannesburgo con un mensaje simple: en un mundo fracturado abrumado por las crisis, simplemente no hay alternativa a la cooperación. Debemos restaurar urgentemente la confianza y revitalizar el multilateralismo para el siglo 21”, dijo.

En el evento donde los países participantes aglutinan al 40% de la población mundial y suman el 25% de la economía global, Guterres pasó revista de los grandes desafíos de la humanidad: las crisis climática y económica; el avance de la pobreza, el hambre y la desigualdad; la falta de regulación de las nuevas tecnologías; y las repercusiones globales de la multiplicación de las divisiones y los conflictos geopolíticos.

Gobernanza antigua

Para el secretario general de la ONU, el mundo va en camino a la multipolaridad y no es suficiente para garantizar una comunidad global pacífica o justa. Asimismo, reiteró que las estructuras de gobernanza imperantes reflejan el mundo de ayer. A pesar de que esas instituciones se establecieron, en gran parte, después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos países africanos todavía estaban gobernados por potencias coloniales.

“Para ser un factor de paz, equidad y justicia en las relaciones internacionales, la multipolaridad debe ser apoyada por instituciones multilaterales fuertes y efectivas”, apuntó.

Necesitamos una arquitectura multilateral fortalecida y reformada que se base en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional, añadió, identificando los casos del Consejo de Seguridad de la ONU y de las instituciones de Bretton Woods.

“Para que las instituciones multilaterales sigan siendo verdaderamente universales, deben reformarse con el fin de reflejar el poder y las realidades económicas actuales. En ausencia de tal reforma, la fragmentación es inevitable”, alertó.

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