Temen greenwashing en complejo de economía circular en Tula; piden transparencia
Organizaciones ambientales, académicas y activistas expresaron su profunda preocupación tras el anuncio del gobierno sobre la construcción de un complejo de economía circular en Tula, Hidalgo, presentado como el más grande del mundo. Piden transparencia para evitar el ‘greenwashing’ como ha ocurrido en otros proyectos de esta naturaleza, realizados en la anterior administración
La presidenta Claudia Sheinbaum y la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena, aseguraron que este proyecto busca reducir la contaminación mediante el aprovechamiento de residuos, tratamiento de agua y generación de energía. Sin embargo, la falta de información detallada ha generado escepticismo entre diversos actores que temen que esta iniciativa sirva para legitimar la quema de residuos en hornos cementeros y en incineradores.
En un comunicado conjunto, las organizaciones firmantes demandan transparencia y el derecho a acceder a información sobre el proyecto. Exigen que el gobierno priorice soluciones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente, en lugar de promover falsas alternativas bajo el pretexto de un “maquillaje verde”.
“Nuestra preocupación radica en que, bajo la bandera de economía circular y el aprovechamiento de residuos, se podría dar pie a iniciativas futuras que prioricen el crecimiento económico sobre la restauración ambiental, perpetuando políticas extractivistas y contaminantes que han afectado a la región en el pasado”, señalaron.
Proponen políticas de basura cero
Las organizaciones piden a la Semarnat que garantice políticas públicas que no promuevan la incineración ni el coprocesamiento como soluciones para la gestión de residuos. Asimismo, solicitan que se detengan las importaciones de desechos plásticos y que se revise lo que está quemando la industria cementera en Oaxaca. La quema de residuos, argumentan los activistas, no debe ser considerada como una solución sustentable. Este proceso genera emisiones contaminantes que afectan gravemente la salud pública y contribuyen al cambio climático. En lugar de optar por métodos contaminantes, proponen un enfoque basado en políticas de basura cero, que prioricen la reducción y reciclaje de residuos.
Un reciente decreto publicado en el Diario Oficial de la Nación (DOF) declara una zona de restauración ecológica en la región, pero no incluye un plan económico claro para su desarrollo. Esto ha suscitado temores sobre que bajo el pretexto de economía circular se puedan implementar tecnologías perjudiciales para el medio ambiente.
Las organizaciones destacan que el enfoque debe centrarse en la recuperación ambiental y en garantizar un medio ambiente sano para las comunidades locales. La lucha por un futuro saludable no debe ser sacrificada en nombre del desarrollo económico, que a menudo perpetúa injusticias ambientales.
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