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Manufactura inteligente, la tendencia de las fábricas que cobra relevancia

manufactura inteligente


Es sabido que la tecnología hace más fácil nuestras vidas y lo mismo ocurre en las industrias. Su evolución ha llegado a un punto de ciencia ficción donde las fábricas se automatizan y permiten tener una producción más eficiente

¿Hasta qué punto una operación puede ser inteligente? Como ejemplo tenemos a Rockwell Automation, que ofrece soluciones de manufactura inteligente, con resultados que apuntan a mejorar la seguridad, aumentar la calidad de la producción y optimizar el rendimiento de la fábrica.

La manufactura inteligente es un sistema de dispositivos discretos y conectados que generan información que permite que las personas tomen las decisiones correctas a fin de lograr los resultados de fabricación deseados y alcanzar las mejoras previstas.

Se apoya en cuatro elementos: el recurso humano, el proceso, la tecnología y la especificación. Combinados de la manera correcta lograrán optimizar la eficiencia operativa de los equipos (OEE, por sus siglas en inglés).

En el primer punto, es valioso reconocer al personal como el centro de la manufactura inteligente. Es importante la capacitación para que puedan aprovechar rápidamente los beneficios de la inversión en este proceso. Involucrar a operadores, técnicos de mantenimiento, ingenieros, gerentes y ejecutivos con conocimientos accionables que optimicen las capacidades y fortalezas de cada uno, es un elemento clave.

De esta manera, ayudará a liberar a los trabajadores de tareas simples y repetitivas para que puedan concentrarse en labores más complejas y que agregan valor al negocio. La tecnología puede ayudar en los procesos, pero nunca sustituirá a la intuición e innovación humana.

En cuanto a proceso, se refiere a cómo manejamos los datos en tiempo real obtenidos de una operación o máquina. Su correcto uso y análisis nos asegurará una eficiente migración a la manufactura inteligente, que es en sí misma un proceso. Es de gran valor el tener una estrategia de datos, y a partir de ellos tomar acción y convertirlos en conocimiento.

El tercer elemento es la tecnología. Lo primero es entender que más allá de tener dispositivos, hay que saber aprovecharlos. El hecho de conectarse a dispositivos inteligentes nos dará datos, pero no información. Los dispositivos inteligentes no convierten la manufactura en inteligente por sí solos: ayudan a los usuarios de la información para hacerla inteligente. La clave es convertir datos en información y en conocimiento.

Con sistemas inteligentes, desde componentes hasta controladores lógicos programables (PLC), combinados con soluciones de gateway de información diseñadas específicamente para trabajar entre sistemas de IT y OT, es posible compartir los datos recolectados en toda la empresa. Asimismo, todo sistema de manufactura inteligente debe incluir paquetes de software que faciliten la visualización, optimización y experiencia del usuario.

El último elemento es la especificación y consiste en obtener el máximo valor de los equipos originales. Se debe pedir a los proveedores máquinas más inteligentes, más seguras y conectadas, teniendo en cuenta el costo durante todo su ciclo de vida; incluido su funcionamiento y consumo, así como los beneficios adicionales de los datos que genera.

Mejoras sostenibles

“La manufactura inteligente ofrece beneficios considerables: una respuesta más rápida a los cambios en las demandas del mercado y de los consumidores, un inventario reducido y mejor eficiencia y productividad, por nombrar algunos”, indica Marcelo Petrelli, gerente de Control Latinoamérica en Rockwell Automation. Sin embargo, resalta que es común que se realicen a todo nivel suposiciones, a veces incorrectas, sobre qué es y cómo se aplica.

Entre los mitos más comunes está el hecho de que se necesitan menos personas y Petrelli aclara que la manufactura inteligente sin las personas es como un teléfono inteligente sin un usuario; la describe como una “relación simbiótica”.

Otro mito indica que se trata de una solución universal, cuando en realidad las soluciones se personalizan y se destinan a sectores, empresas o desafíos específicos. “Se trata de cómo lograr más resultados sin agregar más costos a la ecuación”, detalla.

En conclusión, la manufactura inteligente no es un destino, sino un viaje. Y se puede comenzar con este proceso progresivamente. Entre las soluciones que proporcionan están los datos operativos que permitan ser más proactivos, un retorno de inversión más rápido y mayor tiempo productivo, un sistema de integración de las plataformas, aumento de la seguridad, y acceso remoto seguro para acelerar los diagnósticos y la resolución de problemas, además de un ambiente más seguro para los trabajadores.

Vale la pena mencionar que el 23 de marzo pasaso, durante ROKIndustry Latinoamérica, fue posible conocer de la mano de expertos globales y locales las tendencias, desafíos y oportunidades para los sectores industriales clave de la región.

También se obtuvo información que permitió pasar de la visión a la acción hacia un mejor futuro con tecnologías centradas en la manufactura inteligente con relación a: ciberseguridad, habilitación de la fuerza laboral y sustentabilidad para apoyar objetivos de negocio.

Fue una jornada virtual de inmersión en conceptos relevantes, soluciones y presentaciones de algunos casos de éxito para las industrias de alimentos, bebidas y bienes de consumo, automotriz, gas y petróleo, ciencias de la vida, química, minería, metales y cemento.

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