De la trata de personas a la explotación sexual infantil
Un delito grave casi invisible y silencioso, que atraviesa fronteras, es la trata de personas; sin embargo usualmente se confunde con la explotación sexual, a continuación te decimos en qué consisten, según ECPAT
Luego de la conmemoración del Día Mundial para la Prevención de la Explotación, el Abuso y la Violencia Sexuales contra los Niños y la Sanación de sus Efectos (18 de noviembre), así como del Día Nacional Contra el Abuso Sexual Infantil (19 de noviembre), vale la pena repasar algunos aspectos básicos sobre tan delicado tema, con el fin de visibilizar el problema en su justa dimensión e impulsar medidas de prevención y detección oportuna de este delito.
¿Qué es la trata de personas?
La trata de personas consiste en captar, transportar o acoger a personas utilizando la violencia, el engaño o la coacción con el fin de explotarlas. Una definición más completa, que además es la aceptada internacionalmente, se puede consultar en este documento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Denominada en inglés como trafficking in persons, de acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDC), tiene tres elementos fundamentales: el acto como tal, los medios para cometerlo y la finalidad del ilícito. Las personas que llevan a cabo estas acciones son consideradas traficantes, quienes para controlar a sus víctimas emplean tácticas como el abuso físico y sexual, el chantaje, la manipulación emocional o el retiro de documentos oficiales.
¿Qué es explotación sexual infantil?
La explotación sexual infantil es una flagrante violación de los Derechos Humanos, que ocurre cuando una o más personas involucran a niñas, niños y adolescentes en actos sexuales para satisfacción propia o de otros. Esto, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), a cambio de cualquier tipo de beneficio como dinero, protección, regalos, etcétera.
Con el auge del internet y las redes sociales, se ha detectado que los menores sin filtros de seguridad o acompañamiento parental están todavía más vulnerables ante depredadores al navegar en la red, quienes idean estrategias para “enganchar” mediante promesas a esta población con fines de trata y explotación sexual.
Desgraciadamente, México es el primer destino al que arriban visitantes internacionales. Este escenario es propicio para el turismo sexual infantil, un mercado que existe porque hay demanda. Es decir, personas que viajan específicamente con el propósito de buscar encuentros sexuales con niños, niñas o adolescentes, facilitados por redes de trata que operan en o cerca de los centros turísticos.
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