Qué papel juega la cadena de suministro en la conservación de los suelos
La cadena de suministro representa un importante desafío para las empresas que buscan reconciliar la necesidad de abastecimiento con la responsabilidad de preservar el entorno natural
Desde los campos de cultivo, hasta las estanterías en supermercados, la cadena de suministro utiliza los diferentes recursos que brinda el planeta Tierra para sostener la forma de vida moderna.
A continuación, CHEP comparte 3 principios que pueden aplicarse para minimizar el impacto al medio ambiente de las empresas de la cadena de suministro basadas en estrategias de economía circular.
Eliminar residuos y contaminación
Para minimizar los residuos de la cadena de suministro y el impacto en la degradación del suelo, CHEP promueve el uso de pallets reutilizables y reciclables, con esto logra que alrededor de 350 millones de plataformas se encuentren en circulación entre todos sus proveedores a nivel global, evitando opciones desechables que contribuyan a la generación de residuos.
Mantener en uso productos y materiales
Los productos que generen las empresas de la cadena de suministro, deben estar diseñados para durar lo máximo posible, aplicando soluciones digitales y análisis de datos. De esta forma los productos son utilizados, reparados y reutilizados de manera que la longevidad de los activos ayuda a evitar la creación de residuos en cada ciclo.
Regenerar sistemas naturales
Las compañías deben adoptar una visión regenerativa de sus modelos de negocio que van desde utilizar materiales renovables, reutilizables, reciclables o biodegradables en sus productos, hasta fomentar prácticas regenerativas en beneficio del planeta. Por ejemplo, CHEP tiene el objetivo de generar un impacto doble en la reforestación de los bosques globales, donde por cada árbol utilizado, se aseguran del crecimiento sostenible de dos árboles más, duplicando su contribución a la conservación del planeta.
De esta forma, se cierra el ciclo de economía circular al revitalizar tierras degradadas para la producción forestal y regresar valiosos nutrientes a la tierra, promoviendo así la regeneración de los sistemas naturales.
¿Cuánto cuesta no cuidar la Tierra?
El agotamiento y la degradación ambiental, por ejemplo, no son un tema menor a nivel económico en Latinoamérica. En el caso de México cuestan el equivalente al 4.1% del PIB nacional, donde las emisiones en el aire, la degradación del suelo y los residuos sólidos urbanos son los conceptos que mayor impacto generan, según información de las Cuentas Económicas y Ecológicas de México, de INEGI.
Por otro lado, Brasil es uno de los 10 principales emisores de gases de efecto invernadero (GEI). No por el uso de combustible, sino por la tala de bosques para obtener madera y expandir la agricultura; y es que en 2022 la superficie destinada a la agricultura en Brasil alcanzó los 61 millones de hectáreas. Lo que representa un aumento del 219% desde 1985.
Estas situaciones han motivado a la iniciativa privada a poner su grano de arena con la implementación de acciones que minimicen el impacto de sus operaciones; y el Día de la Tierra es el espacio ideal para hablar sobre la relevancia de las empresas en este ámbito.
Este es el caso de CHEP, quienes a través de su modelo denominado pooling, buscan fomentar la reutilización de pallets hechos 100% de madera procedente de fuentes sustentables, con lo cual consolidan un modelo de economía circular ideal para minimizar el impacto en la transportación de productos de diferentes industrias por medio del pallet, así como reducir el agotamiento y degradación ambiental.
Evitar la degradación del suelo, clave para empresas con enfoque regenerativo
Se estima que el 95% de la alimentación mundial proviene del suelo. México y Brasil, resaltan por su producción en este ámbito. Mientras que los primeros reportan haber generado casi 300 millones de toneladas en 2023. De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, los segundos proporcionaron alimentos a más de 772 millones de personas en 2020, siendo más del 75% para consumo fuera del país.
Estas cifras resaltan la importancia de contar con estrategias para la protección de este recurso. Sin embargo, la realidad demuestra que aún existe una importante área de oportunidad, ya que 52% del suelo destinado a la agricultura está contaminado y cada minuto se pierden 23 hectáreas que podrían destinarse al cultivo.
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