¿Sabías que una de las afectaciones del metano impactan en el desarrollo fetal?
Una de las afectaciones del metano es la salud de las personas. Al ser un gas de efecto invernadero (GEI) agrava la crisis climática, deteriora la calidad del aire y con ello la salud humana. Tiene 80 veces más poder que el dióxido de carbono (CO2) para calentar el planeta en un periodo de 20 años, según información del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA)
De este modo, las emisiones de metano provocan casi el 25% del calentamiento del planeta. En una investigación realizada por CEMDA y CartoCrítica identificaron una asociación positiva entre la cercanía a los pozos del “gas natural” con el lugar de residencia de las madres durante el embarazo y la presencia de malformaciones congénitas del sistema digestivo, del sistema circulatorio, de los órganos genitales, y de fisura del paladar y labio leporino en recién nacidos.
Asimismo, también identificaron que permanece 12 años en promedio en la atmósfera a diferencia del CO2 que permanece siglos. Por eso es uno de los llamados Contaminantes Climáticos de Vida Corta (CCVC). Sus principales fuentes naturales (40%) son los humedales, termitas, volcanes, permafrost y otras. En tanto que la mayoría proviene de fuentes humanas (60%). Es decir, de la ganadería, arrozales, minas, vertederos y sitios de explotación de gas y petróleo.
Desde 2006, el metano en la atmósfera ha aumentado considerablemente (cerca de 25 millones de toneladas por año). Estudios asocian el incremento con la fuga y quema de metano en la extracción de hidrocarburos no convencionales mediante fracking.
Afectaciones a la salud
Debido a que el metano se acompaña de otros contaminantes como el benceno, el formaldehído y el etilbenceno, es más dañino para la salud. También emite ozono a nivel del suelo; carbono negro y compuestos orgánicos volátiles; así como material particulado (PM 2.5).
De esa manera, irrita las vías respiratorias, genera sensación de ardor y falta de aire; complica cuadros de asma, causa disfunciones pulmonares e incluso, muertes prematuras. Además de que altera la respuesta del sistema inmunológico, mermando su capacidad para responder a enfermedades como COVID-19, la cual afecta principalmente las vías respiratorias.
Cuando el metano se quema emite carbono negro, el cual es uno de los componentes de las partículas PM2.5. Las cuales son 30 veces más pequeñas que un cabello humano. Por lo que no pueden ser filtradas o retenidas de forma natural en nuestra nariz, pudiendo entrar incluso hasta los pulmones. Se consideran el contaminante atmosférico más frecuentemente asociado con enfermedades cardiovasculares, respiratorias y pulmonares, incluyendo cáncer de pulmón. Y es uno de los contaminantes de mayor preocupación por su alta presencia en las ciudades.
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