Miles a favor de maíces nativos ante controversia del T-MEC
El 26 y 27 de junio se celebran audiencias sobre el consumo humano de maíz transgénico en México solicitadas en el marco del T-MEC. En respuesta, miles de personas urgieron la defensa de la salud humana y con ello de los maíces nativos
En octubre de 2023, como consecuencia a la prohibición de la importancia de maíz transgénico para consumo humano en México, los dos aliados del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), Estados Unidos y Canadá solicitaron un panel donde se negociara esta controversia, aludiendo que el fallo será inapelable.
Por ello, más de 100 mil personas han firmado la carta colectiva en defensa de los maíces nativos, impulsada por la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País, la Alianza por la Salud Alimentaria y la Demanda Colectiva Maíz
A través de un ejercicio ciudadano, se envió por medio de una plataforma de recolección de firmas, un correo electrónico dirigido a Christian Häberli, Jean E. Kalicki y Hugo Perezcano Díaz, quienes han sido designados como panelistas para decidir la controversia sobre maíz transgénico. Con el fin de sensibilizarlos acerca de la importancia que los maíces nativos tienen para la cultura, el medio ambiente, la salud y la alimentación en México. Asimismo, representantes de los gobiernos de México y Estados Unidos también han recibido la misma cantidad de mensajes.
Cabe destacar que, durante la recolección de estas firmas, se presentaron diversos intentos de vulneración de la seguridad digital del sitio web de la campaña Sin Maíz No Hay País, así como su página de Facebook. También se tiene conocimiento de que, en días anteriores, las cuentas de correo electrónico de los funcionarios de la Secretaría de Economía bloquearon la dirección de correo electrónico desde donde se les estaban haciendo llegar las cartas de las y los ciudadanos.
Sin análisis de riesgo en salud humana
Desde octubre de 2023, los tres panelistas han recibido los argumentos de los gobiernos de México y Estados Unidos, así como las opiniones técnicas de entidades no gubernamentales, sobre la importación de maíz transgénico de Estados Unidos a México en el marco del T-MEC.
De acuerdo con las disposiciones del T-MEC, los panelistas deberán celebrar audiencias públicas, que se llevarán a cabo en la Ciudad de México del 26 al 27 de junio, en donde representantes de los dos gobiernos podrán presentar sus opiniones de forma oral. En este contexto, la carta busca que los panelistas escuchen también la opinión de la sociedad mexicana, así como de sectores de la sociedad estadounidense y canadiense que apoyan la diversidad biocultural y la alimentación sana.
La carta enviada argumenta que no existen análisis de riesgo ni estudios científicos que evalúen el impacto en la salud del consumo de maíz genéticamente modificado en una dieta como la mexicana, en donde cada persona consume, en promedio, once veces más maíz que las personas en Estados Unidos. Por ende, la carta argumenta que, ante esta falta de certeza científica, debe aplicarse el principio precautorio: ante sospechas fundadas de riesgos para la salud pública o el medio ambiente, se deben adoptar medidas protectoras para consumidores y ecosistemas.
Maíces nativos ofrecen adaptación al cambio climático
La investigación científica, por el contrario, ya ha detectado contaminación genética de variedades nativas mexicanas con genes de las variedades modificadas e importadas desde Estados Unidos. Esta contaminación pone en riesgo, en primer lugar, la diversidad biocultural de México. En la medida en la que nuestro país funge como un inmenso banco de semillas viviente y actualizado para el resto de la humanidad, la contaminación genética también pone en riesgo la siembra de maíces en muy diversas latitudes alrededor del mundo.
Como centro de origen, domesticación y diversificación constante del maíz, México se encuentra en la posición de ofrecer al resto del mundo maíces adaptados a condiciones ambientales extremas, como las que se acentúan debido al cambio climático. En este contexto, la contaminación de las variedades nativas puede afectar no sólo a las y los consumidores en México, sino en todo el mundo.
La carta explica también que el argumento de que la prohibición del uso de maíz genéticamente modificado para masa y tortilla afecta las importaciones de maíz de Estados Unidos es una falacia. Pues dichas importaciones se usan, en su abrumadora mayoría, para forraje y usos industriales.
En las dos semanas en las que las y los mexicanos han podido firmar la carta, la iniciativa ha sido respaldada por organizaciones como Mujeres Incendiarias y comunicadoras de la ciencia como Cristina Ayala, Laura Moreno y Sofía Probert.
La carta puede ser firmada dando clic aquí.
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