El deterioro de la naturaleza a nivel mundial
Más de un millón de especies se encuentran en peligro de extinción, exponiendo el claro deterioro de la naturaleza, a causa de la huella del ser humano en la Tierra. Así lo explica un estudio de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES)
Dicho organismo independiente impulsado por la ONU, ha presentado el informe en París, el cual pone en manifiesto las amenazas para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible que buscan reducir la pobreza mundial y crear una estabilidad de los factores sociales y medioambientales.
Este informe sobre los efectos del deterioro de la naturaleza y la desaparición de la biodiversidad, evalúa los cambios ambientales en el último medio siglo, gracias al trabajo de 145 expertos de 50 países, así como la colaboración de 310 especialistas más.
Número de especies de animales y plantas en peligro de extinción
Actualmente existen cerca de 8 millones de especies de animales y plantas de las cuales, una octava parte se encuentra en peligro de extinción, situación que se ha acelerado en los últimos 40 años.
En datos, el 40% de las especies anfibias están en peligro y más de un tercio de los mamíferos, además del 10% de los insectos, pero no solo afecta a los animales, sino que el ser humano necesita de la biodiversidad para subsistir, lo cual es cada día más complicado por el deterioro de la naturaleza.
Los arrecifes de coral también se ven afectados al estar en peligro un tercio de ellos, así como el 31% de los tiburones, además del 14% de las aves.
Es así que el 80% de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas en la Agenda 2030 se van a ver socavados, si continúa la desaparición de las especies, además, el esfuerzo político se ha visto disminuido luego de que solo se han visto avances significativos en 4 de los 20 objetivos de la conservación de la biodiversidad para 2020, acordados una década atrás en Aichi, Japón dentro de la reunión del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
La bióloga de la UNAM, Hichel Alcazar aseguró que a pesar de que no es posible detener la extinción por completo, se puede ralentizar mediante la conservación de hábitats, la promoción de prácticas sostenibles. También a través de la reproducción y la reintroducción de especies.
“…Es crucial realizar campañas de concientización para educar sobre la importancia de la biodiversidad y reducir las actividades humanas perjudiciales”, agregó Alcazar.
Puntos de inflexión de los humanos y la naturaleza
El informe resalta al ser humano como el principal detractor de la naturaleza explicado en 5 puntos que son su acciones sobre el mar y la tierra, el robo de los recursos marinos, la emisión de gases del efecto invernadero, provocador del cambio climático, la contaminación y la introducción de especies foráneas en lugares donde no pertenecen, causando también la pérdida de especies aumenta el desafío de disminuir la pobreza y la degradación ambiental.
El IPBES señala que la solución a esta problemática es comenzar a valorar la naturaleza, dejando al lado el aspecto monetario para no mercantilizarla, también se recomienda plantar semillas locales que se adapten a los efectos del deterioro de la naturaleza.
Por su parte, el profesor sir Bob Watson, quien presentó el informe de la IPBES, resaltó la importancia de los recursos que utiliza el ser humano como la madera con la intención de obtener un avance en el nivel de vida, acumulando riquezas.
Por su parte, Sandra Díaz, una de las copresidentas del informe del IPBES, recalcó la necesidad de asociar lo que es una vida plena con una buena relación con la naturaleza y el resto de las personas.
Los autores del informe indican la importancia de que los gobiernos den peso al conocimiento de los locales y sus entornos, quienes saben la manera de gestionar el deterioro de la naturaleza.
En cuanto a las acciones por parte de la clase política, Hichel Alcazar aseguró que los gobernantes pueden implementar políticas más estrictas y eficientes, tanto en su elaboración como en su aplicación para la protección de las especies y sus hábitats.
“Pueden promover la investigación científica, destinando mayor presupuesto a las instituciones dedicadas al estudio de la biodiversidad, así como a las comunidades que llevan a cabo proyectos comunitarios en pro de la biodiversidad”, afirmó Alcazar.
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