La resiliencia urbana: diseño arquitectónico para enfrentar el cambio climático en las ciudades
De acuerdo con cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), las ciudades acogen a más de la mitad de la población mundial, un total de 4,400 millones de habitantes, y se prevé que la población citadina se duplique en 2050, por ello es importante la resiliencia urbana
Esto significa que 7 de cada 10 personas en el mundo vivirán en ciudades. Debido a esta densidad de población, las ciudades contribuyen en gran medida a las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI).
Arquitecto Eduardo Jiménez Solano, director de marca de Grupo ARQUAL
Sin duda, las recientes imágenes de ciudades inundadas, olas de calor devastadoras y estructuras arquitectónicas que sucumben ante fenómenos extremos subrayan una realidad ineludible: nuestras ciudades deben transformarse para ser resilientes. En este sentido, la arquitectura juega un papel fundamental, y es en este marco que los arquitectos tenemos la oportunidad de construir entornos que no solo soporten estos cambios, sino que los enfrenten de manera activa, integrando soluciones sostenibles y adaptativas en cada proyecto.
Más allá de lo convencional
Muchas de nuestras ciudades, especialmente aquellas con alta densidad poblacional y una infraestructura envejecida, están cada vez más expuestas a fenómenos extremos como inundaciones, olas de calor, sequías y tormentas. Este nuevo panorama no solo afecta la infraestructura física, sino que impacta de manera profunda en la calidad de vida de sus habitantes, intensificando problemas de salud, seguridad y desigualdad. La arquitectura resiliente busca ir más allá de las prácticas convencionales, anticipándose al cambio climático y diseñando espacios seguros, eficientes y sostenibles.
Para construir esta resiliencia urbana, existen varios principios clave que pueden guiar las prácticas arquitectónicas como: uso de materiales sostenibles y duraderos; integración de espacios verdes; estrategias de diseño bioclimático; y adaptación de infraestructura crítica. Sin embargo, implementar dichas acciones estos principios en contextos urbanos densos y altamente urbanizados no es sencillo.
Las limitaciones de espacio, los altos costos y las demandas inmediatas pueden ser desafíos, pero precisamente en estos escenarios, la innovación en el diseño arquitectónico es más crucial que nunca: en una era de cambio climático, la adaptación no es una opción, sino una obligación. Al construir hoy pensando en el mañana, podemos hacer de nuestras ciudades espacios donde el desarrollo y la sostenibilidad coexistan en armonía.
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