El reactor experimental ITER, que se construye en Cadarache, Francia, tenía previsto iniciar pruebas de fusión en 2025. Sin embargo, la complejidad técnica, los efectos de la pandemia y problemas detectados en su cámara de vacío han llevado a retrasar su calendario.
El consorcio internacional anunció que las primeras pruebas con plasma se realizarán en 2034 y 2036, y que el uso de deuterio y tritio —los combustibles reales de la fusión— comenzará en 2039.
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¿Qué es el proyecto ITER?
ITER busca demostrar que la fusión nuclear puede generar más energía de la que consume, lo que marcaría un hito para la transición energética. La cámara de vacío de 8,000 toneladas y los imanes superconductores de niobio y estaño son piezas críticas de su diseño.
Los imanes solo alcanzan la superconductividad cuando son enfriados con helio supercrítico a -269 ºC. Para ello, Europa construyó una planta criogénica de 7,100 m² equipada con tanques de 26 metros de altura.
Aunque liderado por la Unión Europea, ITER cuenta con la participación de Estados Unidos, Rusia, China, India, Japón, Corea del Sur y Reino Unido, cada uno aportando componentes clave.
Si logra su objetivo, ITER abrirá el camino a futuros reactores comerciales capaces de alimentar redes eléctricas enteras sin emisiones de carbono.