En un contexto global marcado por el creciente escepticismo hacia la ciencia, la UNESCO promueve un diálogo crucial para renovar el contrato social con la ciencia; reconectándola con las preocupaciones del público y haciéndola más inclusiva y participativa.
En el marco de la 43° Conferencia General y para celebrar el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, la UNESCO reunió a destacados pensadores científicos. Como parte del evento, se presentó una publicación histórica con ensayos de premios Nobel y otros líderes de opinión.
La publicación aborda cómo la relación entre la ciencia y la sociedad ha evolucionado históricamente; reflejando cambios en valores y prioridades que se ajustan a las necesidades actuales. El mensaje central de UNESCO es la promoción de la ciencia como un bien público abierto, accesible y relevante para toda la humanidad.
Durante el evento, Dilfuza Egamberdieva, galardonada con la beca UNESCO-L’Oréal por sus aportes en microbiología ambiental, enfatizó la urgencia de transformar el modelo científico tradicional, que era jerárquico y unidireccional. Destacó que la ciencia debe ser ahora un diálogo participativo, donde las comunidades, los ciudadanos y los responsables de políticas públicas definan conjuntamente las prioridades de investigación.

Este enfoque «ciencia con la sociedad, y no solo para la sociedad» responde al desafío de comunicar la importancia y aplicación cotidiana de la ciencia de manera efectiva para reconquistar la confianza social.
La creciente digitalización, señalada por Monique Van Daalen, embajadora y delegada permanente de Países Bajos ante UNESCO, también plantea el reto de mantener la independencia e imparcialidad científica frente a la influencia de grandes corporaciones tecnológicas.
Además, Nada Abdullaziz Al Nafea, CEO de la Fundación Abdullah Al-Fozan, remarcó la necesidad de sostener la inclusión en la ciencia y fomentar la inversión en jóvenes científicos, subrayando que premios internacionales para jóvenes talentos pueden ser clave para potenciar sus contribuciones a temas globales como la escasez de agua.
Desde el punto de vista de política pública, el asesor especial Derrick Swartz destacó la vital conexión entre las políticas científicas y sociales para garantizar la equidad y el papel transformador de la ciencia en el futuro sostenible del planeta. Cuestionó además los obstáculos existentes entre diferentes áreas de política que deben ser superados para que la ciencia cumpla con su rol social.
En consenso, los panelistas coincidieron en que la ciencia debe estar al servicio de la humanidad, fortaleciendo la participación comunitaria y conectándose con la vida diaria para reconstruir la confianza en ella. Este replanteamiento implica un compromiso global por una ciencia más humana, integrada y alineada con los objetivos de desarrollo sostenible.
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