La Conferencia de las Partes número 30 (COP30) realizada en Belém, Brasil, cerró con resultados mixtos: la aprobación de un nuevo mecanismo para fortalecer la transición justa impulsado por la sociedad civil y un llamado a la falta de financiamiento y decisiones vinculantes por parte los países desarrollados.
The Climate Reality Project América Latina destacó como un avance significativo la creación de un mecanismo dentro del Programa de Trabajo de Transición Justa (JTWP), que reconoce la transición justa como un componente esencial para implementar el Acuerdo de París.
El instrumento impulsado por la Climate Action Network Latin America (CANLA) coloca los derechos laborales, la participación comunitaria y la inclusión social en el centro de la acción climática, principalmente apoyado por organizaciones civiles.
No obstante, su diseño final quedó pendiente para futuras cumbres y aún requiere salvaguardas, financiamiento concesional y una estructura sólida que evite que se convierta en un logro meramente simbólico.
Falta de ambición en financiamiento
Pese al avance institucional, CANLA advirtió que la falta de decisiones firmes sobre la salida de los combustibles fósiles y la ausencia de claridad sobre la provisión de financiamiento climático amenazan con frenar el ritmo global de acción.
La discusión sobre el Artículo 9.1 del Acuerdo de París —que obliga a los países desarrollados a aportar recursos financieros para enfrentar la crisis— no logró consolidarse, al haberse diluido dentro del documento Global Mutirão.
Asimismo, la decisión de triplicar el financiamiento para la adaptación hacia 2035 careció de precisión y garantías, dejando sin respaldo a las comunidades en primera línea frente a los impactos climáticos.
De acuerdo con la organización, esta falta de obligatoriedad representa una oportunidad perdida para establecer una ruta clara hacia la descarbonización y la protección de ecosistemas estratégicos, como la Amazonía.
Colombia mantiene una postura firme
Durante las negociaciones, Colombia mantuvo una postura firme al exigir que el acuerdo reconociera explícitamente el papel de los combustibles fósiles en la crisis climática y solicitó el trazo de una hoja de ruta para su eliminación progresiva.
Además, el país anunció la Primera Conferencia Internacional para la Eliminación Progresiva de los Combustibles Fósiles en 2026, una iniciativa que busca traducir la evidencia científica en acciones concretas.
Un llamado a mayor responsabilidad
Para Javier Dávalos, líder de política climática de CANLA, aunque la creación del nuevo mecanismo representa un “paso clave” para fortalecer la arquitectura institucional de la transición justa, la COP30 dejó claro que la acción climática sólo avanzará si los países desarrollados cumplen con su responsabilidad financiera y se comprometen con decisiones vinculantes.
“Seguiremos trabajando para que este nuevo mecanismo supere la fragmentación actual y permita acelerar la transición hacia energías limpias y dejar atrás los combustibles fósiles”, afirmó.
Las organizaciones del Sur Global reiteraron que la transición justa será una realidad únicamente cuando los países ricos actúen con la ambición que exige la crisis climática y aporten financiamiento en forma de subvenciones, decisiones vinculantes y coherencia con la ciencia.
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