Un análisis independiente de más de 30 organizaciones revela que el Plan Nacional de Desarrollo, el PND 2025-2030, aún no está del todo alineado con una transformación profunda frente a la crisis climática
Estas organizaciones plasmaron su conocimiento, experiencia y perspectiva crítica en el Plan Nacional de Descarbonización y Resiliencia Climática 2024–2030 (PNDRC). Un documento que nace de un proceso participativo que involucró talleres, entrevistas y una consulta pública realizada entre junio de 2022 y agosto de 2023, con la participación de cerca de mil personas.
Diferencias entre ambos planes
¿Puede un país avanzar hacia un futuro sostenible si su plan rector de gobierno no coloca la justicia climática en el centro de su estrategia? Esa es la pregunta que plantea el análisis comparativo entre el Plan Nacional de Descarbonización y Resiliencia Climática (PNDRC) 2024–2030 y el Plan Nacional de Desarrollo (PND 2025-2030), dos informaciones que delinean caminos para el futuro de México.
Por un lado, el PNDRC, impulsado por más de 30 organizaciones de la sociedad civil, propone una transformación radical del modelo económico nacional. En especial, dejar atrás los combustibles fósiles, regenerar suelos, repensar el uso del agua y fortalecer la defensa del territorio, todo con un enfoque participativo, de derechos humanos y justicia social.
Por otro lado, el PND 2025–2030, elaborado por el Gobierno federal, busca consolidar la llamada “Cuarta Transformación” a través del Humanismo Mexicano. Una mezcla de bienestar social, justicia, democracia y recuperación del rol del Estado. En sus páginas figuran compromisos hacia la sustentabilidad, la igualdad de género y los derechos de pueblos indígenas, pero según el análisis, su enfoque climático aún es insuficiente.
El análisis evalúa el grado de alineación entre las ocho líneas de acción del PNDRC y el contenido del PND, usando cinco niveles de alineación (alto, medio-alto, medio, medio-bajo, bajo). De ese modo califica cada temática:
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Economía circular regenerativa: El PND incluye proyectos y acciones relacionadas, pero no como política transversal. Nivel de alineación: medio.
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Transición energética justa: El PND promueve energías renovables y eficiencia, pero mantiene el peso de los combustibles fósiles. Nivel: medio.
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Suelos vivos para la seguridad alimentaria: El PND impulsa la autosuficiencia alimentaria y prácticas menos intensivas, pero sin enfoque claro en regeneración de suelos. Nivel: medio-alto.
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Defensa de territorio: Reconoce derechos de pueblos indígenas y acciones de consulta, pero carece de una estrategia clara para defensores ambientales. Nivel: medio-bajo.
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Agua: Reconoce el derecho humano al agua y promueve tecnologías y gestión, pero falta una estrategia amplia sobre océanos. Nivel: medio-alto.
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Ciudades sostenibles: Promueve ciudades compactas, movilidad sustentable e infraestructura verde, con enfoque en resiliencia. Nivel: medio-alto.
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Salud: Moderniza el sistema de salud y prioriza poblaciones vulnerables, pero no integra estrategias climáticas específicas. Nivel: medio-bajo.
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Finanzas sostenibles: Promueve inversiones con criterios ASG, pero carece de una estrategia integral de finanzas alineadas a metas climáticas. Nivel: medio-bajo.
Se requiere mayor coherencia
Si bien hay avances, como la promoción de ciudades sostenibles, el impulso a la autosuficiencia alimentaria o el derecho humano al agua, muchas acciones siguen siendo parciales o contradictorias. Por ejemplo, el apoyo a las energías renovables coexiste con el mantenimiento del peso de los combustibles fósiles en la matriz energética.
Ámbitos clave como la salud, las finanzas sostenibles o la protección del territorio todavía tienen un nivel de alineación bajo o medio-bajo con los objetivos de descarbonización. Eso significa que el país podría estar invirtiendo en soluciones climáticas sin cuestionar los pilares de un modelo que alimenta la crisis.
El análisis concluye que México necesita más ambición, coherencia y transversalidad en su política pública si quiere cumplir con sus compromisos internacionales, como el Acuerdo de París, y mantenerse dentro de los límites planetarios.
Algunas recomendaciones son crear un sistema nacional de financiamiento climático, reorientar los planes sectoriales hacia metas específicas de mitigación y adaptación, y fortalecer la participación ciudadana. Porque, como señalan las organizaciones detrás del PNDRC, la acción climática no puede ser un apéndice del desarrollo, tiene que ser su núcleo.
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