CONALEP y Sostenibilidad Global firmaron un convenio con una ambiciosa meta: crear en México el primer semillero de “talento verde”; con formación técnica orientada a la sostenibilidad, independientemente del campo de estudio.
La intención es clara: incorporar a las nuevas generaciones en tareas que respondan a los retos medioambientales, desde movilidad sostenible y energías limpias hasta innovación socioambiental, economía circular y equidad energética.
Una nueva dimensión de la educación técnica
Este acuerdo va más allá de los programas tradicionales: la idea es desarrollar una carrera técnica especializada en sostenibilidad. Como lo expresó la directora de Comunicación y Vinculación de Sostenibilidad Global, Elizabeth Palacios:
“La sostenibilidad no es un sector, es un enfoque transversal y debe ser una nueva forma de generar economía, y todas las industrias deberán hacer esa transición y por lo tanto, todo el talento que se requiera deberá tener esta transversalidad. Próximamente no hablaremos de empleos verdes porque todos los puestos de trabajo serán verdes”.
La intención es que ese enfoque transversal impregne no sólo carreras afines al medio ambiente, sino cualquier área de estudio, preparando a estudiantes para un mercado laboral que demanda nuevas competencias y una visión de sustentabilidad integrada.
Por su parte, Rodrigo Rojas Navarrete, director general de CONALEP, señaló que la alianza permitirá fortalecer la formación dual, facilitar prácticas profesionales en empresas comprometidas con la transición verde, y asegurar una “currícula” adaptada a los nuevos tiempos:
“A través de la alianza que firmamos, nos comprometemos a fortalecer la formación dual y las prácticas profesionales, vinculando a nuestros estudiantes con empresas y organizaciones que ya están transformando la manera en la que producimos, consumimos y cuidamos los recursos. Asimismo, buscaremos crear un programa educativo integral en sostenibilidad, en el marco de las alianzas por una movilidad sostenible para todos y por la equidad energética”
La decisión no es azarosa: organismos internacionales coinciden en que la transición a una economía verde exigirá una fuerza laboral con nuevas competencias. Según el convenio, la idea es preparar a jóvenes para integrarse a sectores emergentes vinculados con energía renovable, movilidad sostenible e innovación socioambiental.
Además, datos de organizaciones internacionales sugieren que la demanda de “empleos verdes” crecerá aceleradamente en los próximos años —lo que implica una ventana de oportunidad clara para quienes cuenten con formación técnica en sostenibilidad.
Implicaciones para el sector energético y de transición
Para el sector energético y de sostenibilidad en México, este tipo de iniciativas tiene varias implicaciones:
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Aumenta la disponibilidad de personal técnico capacitado en energías limpias, eficiencia energética, movilidad sostenible y economía circular —claves para avanzar en los compromisos de transición.
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Favorece la innovación, al integrar jóvenes con formación actualizada y enfoque ambiental en empresas, proyectos de I +D y tecnologías emergentes.
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Contribuye a democratizar el acceso al empleo verde: al no limitar la formación únicamente a carreras tradicionales del área ambiental, se amplían las posibilidades de inserción laboral.
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Refuerza la educación técnica como motor estratégico de transformación social y ambiental, reforzando su valor en un contexto de urgencia climática.
Un paso hacia una educación técnica alineada al futuro
El convenio entre CONALEP y Sostenibilidad Global representa un claro reconocimiento de que la sostenibilidad debe dejar de ser una “opción” para convertirse en un eje estructural de la formación técnica. Este semillero de talento verde no solo busca formar técnicos competentes, sino ciudadanos preparados para integrar de forma transversal los principios de cuidado ambiental, eficiencia y responsabilidad social.
En un país como México, donde los desafíos de agua, energía, movilidad y medio ambiente son urgentes, la apuesta por la educación técnica con enfoque sostenible adquiere un valor estratégico. Si este esfuerzo se consolida, podría marcar el inicio de una generación de profesionales que acompañen —y aceleren— la transición energética y ambiental que el país necesita.
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