El inicio de un nuevo año suele venir acompañado de buenos propósitos. En un contexto en el que la crisis climática avanza y el costo de vida sigue aumentando, vale la pena plantearse metas que hagan bien al planeta… y también a tus finanzas. La buena noticia es que no se trata de cambios drásticos, sino de ajustes sencillos en la vida diaria. Aquí te compartimos cinco propósitos realistas para 2026 que combinan ahorro y sustentabilidad.
1. Usar menos energía en casa
Pequeños hábitos pueden hacer una gran diferencia. Apagar luces que no usas, desconectar cargadores y aparatos en “stand by” o aprovechar más la luz natural ayuda a que el recibo de luz no se dispare. Cambiar focos tradicionales por LED también es una inversión que se nota con el tiempo, tanto en el consumo de energía como en las emisiones asociadas.

2. Comprar solo lo que realmente necesitas
Antes de hacer una compra, vale la pena detenerse y pensar si ese producto es indispensable. Elegir artículos duraderos, reparar lo que todavía sirve o apostar por la segunda mano no solo reduce gastos innecesarios, también disminuye el uso de recursos naturales y la generación de residuos.

3. Cuidar el agua, gota a gota
Cerrar la llave mientras te enjabonas, arreglar fugas o usar dispositivos ahorradores puede parecer poco, pero suma mucho. Además de reflejarse en el recibo de agua, estas acciones ayudan a proteger un recurso que cada vez es más escaso en muchas regiones del país.

4. Cambiar la forma en la que te mueves
Si es posible, caminar, usar bicicleta o transporte público puede marcar la diferencia. No solo reduces emisiones contaminantes, también ahorras en gasolina, estacionamiento y mantenimiento del carro. Incluso compartir coche o planear mejor los trayectos ayuda a gastar menos y contaminar menos.

5. Generar menos basura y evitar el desperdicio de comida
Planear las comidas de la semana, aprovechar las sobras y evitar compras impulsivas en el súper ayuda a reducir el desperdicio de alimentos y a gastar menos. Usar bolsas reutilizables, termos y recipientes también evita compras constantes de desechables que, a la larga, salen más caras.

Hacer del 2026 un año más sustentable no significa cambiarlo todo de un día para otro. Se trata de decisiones cotidianas, posibles y conscientes. Porque cuando se trata de cuidar el planeta, muchas veces también estamos cuidando nuestra economía.
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