Un estudio realizado por investigadores de la UNAM y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) encendió una alerta sobre la seguridad de los cosméticos que se venden en México. Tras analizar labiales y sombras para ojos que llevaron a revisión en Morelia, Michoacán, el equipo encontró la presencia de metales pesados como plomo y concentraciones elevadas de otros elementos, entre ellos el vanadio. El hallazgo más inquietante: los productos más baratos son los que contienen los niveles más altos de sustancias potencialmente tóxicas.
Low cost, alto riesgo
El equipo científico partió de una advertencia clave: los cosméticos que se aplican en labios y ojos representan un riesgo especial si contienen metales pesados, debido a su alta probabilidad de absorberse por vía cutánea u oral. Esta preocupación se intensifica en México, donde no existe regulación que establezca límites máximos para estos elementos en maquillaje.
El análisis realizado a 429 productos de belleza (366 sombras de ojos y 63 labiales) mostraron una relación directa entre precio y seguridad. Los labiales de gama baja fueron los que presentaron las concentraciones más altas de vanadio, estroncio e itrio.
En contraste, los de gama media —comercializados por catálogo o plataformas digitales y fabricados por marcas latinas— registraron los niveles más elevados de zinc, cobre, niobio, níquel, rubidio y estaño. La diferencia fue clara cuando el estudio comparó estos resultados con los productos premium.
«Los labiales de gama alta tuvieron las concentraciones más bajas de metales pesados, convirtiéndolos en los labiales más seguros», de acuerdo con las y los especialistas.
Sombras con sorpresas tóxicas
Por su parte, las sombras para ojos también revelaron la presencia de metales en todas las gamas de precio. El vanadio apareció en concentraciones altas en la mayoría de las muestras. Pero las sombras de gama baja destacaron por razones más preocupantes: presentaron con mayor frecuencia valores atípicos de plomo y estaño.
Además, el equipo de investigación detectó minerales potencialmente peligrosos, como bismoclita, sulfato de bario y clorato de plomo, que se encontraron principalmente en los cosméticos más económicos. Los resultados, advierte el estudio, evidencian un problema estructural: la falta de supervisión regulatoria sobre los componentes de los cosméticos en México.
Un vacío normativo que deja expuestos a las personas consumidoras
Aunque el país cuenta con normas sobre buenas prácticas de fabricación (NOM-259-SSA1-2022) y etiquetado (NOM-141-SSA1/SCFI-2012), no existen límites máximos permitidos para metales tóxicos en productos de belleza.
El contraste con otras regiones es contundente. En Europa se prohíbe completamente el plomo en cosméticos y la FDA de Estados Unidos fija un límite de 20 mg/kg. En cambio, en el estudio de la UNAM y el IPN se encontró un labial con 303 mg/kg, más de 15 veces el máximo permitido por la agencia estadounidense.
El llamado a la acción: monitoreo y etiquetado claro
Ante este panorama, la investigación propone dar un paso hacia la regulación basada en evidencia científica. Para las y los especialistas, el país necesita un sistema permanente de vigilancia y transparencia:
«Proponemos un plan de monitoreo de metales pesados en los cosméticos que se usan en el país y un plan de etiquetado que permita a las personas tomar decisiones informadas sobre el uso de labiales y sombras de ojos, con la intención de prevenir posibles daños a la salud».
El estudio se convierte así en una base sólida para impulsar políticas públicas que protejan a millones de consumidores en México, donde el maquillaje es un producto de uso cotidiano y, hasta ahora, insuficientemente regulado.
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