El gobierno federal promueve la instalación del Parque Ecológico y de Reciclaje en Puebla como uno de los proyectos de protección ambiental y economía circular. El anuncio fue hecho por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien destacó que el complejo estará orientado al procesamiento de distintos tipos de residuos con el objetivo de reincorporarlos a nuevos ciclos productivos y reducir su impacto ambiental.
Durante la conferencia mañanera del 22 de diciembre, la mandataria informó que el proyecto contempla el aprovechamiento de llantas para la construcción de caminos, el procesamiento de ropa en desuso o en mal estado para recuperar hilos y fabricar nuevos textiles, el tratamiento de plásticos para la producción de algún tipo de combustible y la reutilización de cascajo en la elaboración de cemento, banquetas y otras obras de infraestructura, bajo el enfoque de economía circular.
En el ámbito local, el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, afirmó que el parque se inscribe en una visión de desarrollo sostenible que busca innovar, rescatar y mejorar los espacios naturales del estado, en coordinación con el gobierno federal.
En este contexto, también mencionó la puesta en marcha de la iniciativa FertiPue, que plantea retirar el lirio del Lago de Valsequillo para transformarlo en adoquín destinado a la pavimentación de calles en comunidades y juntas auxiliares, con el argumento de mejorar la oxigenación y limpieza del agua.
Iniciativas cuestionadas por organizaciones ambientalistas
No obstante, organizaciones ambientalistas y sectores de la ciudadanía cuestionan la promoción de este tipo de proyectos y advierten riesgos ambientales y sociales asociados a su implementación.
Un antecedente reciente ocurrió en Hidalgo, donde las comunidades de Atitalaquia, Tlaxcoapan y Tula de Allende se opusieron al Parque Ecológico y de Reciclaje planeado en la entidad. En la consulta pública realizada el 14 de diciembre, el 63.10% de las personas participantes votó en contra del proyecto, según datos del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo.
Las comunidades y organizaciones como Greenpeace señalaron que el proyecto requería una Manifestación de Impacto Ambiental previa y que, sin ese análisis, la consulta representaba una simulación. También expresaron su preocupación por la posible afectación a la salud y al medio ambiente en una región ya impactada por actividades industriales.
Desde esta óptica, organizaciones ambientalistas han criticado que modelos de economía circular basados en la termovalorización o en el supuesto reciclaje de residuos no atienden el origen del problema ni frenan la generación de desechos.
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