Greenpeace México advirtió que la recién aprobada Ley General de Economía Circular representa riesgos para la salud pública y los ecosistemas, al considerar que abre espacios para el greenwashing y para la continuidad de prácticas contaminantes bajo un discurso “verde”.
La Cámara de Diputados avaló la iniciativa por unanimidad con 460 votos a favor y la envió al Senado para su revisión. La organización advirtió que la votación se dio en menos de dos semanas y con el respaldo de todas las bancadas, un proceso que calificó de apresurado y poco transparente.
Colectivos que se manifestaron en la víspera frente a San Lázaro denunciaron que la construcción de la ley quedó prácticamente en manos de autoridades e industria, excluyendo a comunidades, organizaciones civiles y especialistas, en contravención del Acuerdo de Escazú.
Puntos cuestionados por Greenpeace
Entre los puntos más cuestionados se encuentra la inclusión de la termovalorización, es decir, la quema de residuos para generar energía. Greenpeace advirtió que esta práctica es altamente perjudicial para la salud y no cuenta con mecanismos obligatorios de supervisión ni salvaguardas.
La organización también señaló que la nueva ley contempla distintivos, registros e incentivos fiscales para empresas, mientras que la Responsabilidad Extendida del Productor (REP) se sujeta a acuerdos graduales y flexibles, cuya auditoría quedaría en manos de la propia industria, lo que, según afirman, abre la puerta a simulaciones ambientales. En contraste, criterios como el ecodiseño, la durabilidad, la reparación o la reducción en la producción no serán obligatorios.

«Simulación con etiqueta verde»
Viridiana Lázaro, campañista de Greenpeace México, calificó esto como golpe al medioambiente y consolida el “status quo” disfrazado de innovación verde:
“Lamentamos mucho que la cámara de diputados haya ignorado a la ciudadanía y decidiera de manera expedita y discrecional aprobar en pleno la Ley General de Economía Circular, levantando profundas preocupaciones de los riesgos que conlleva”, dijo.
México genera más de 115 mil toneladas de residuos al día y casi 90% de los sitios de disposición final son tiraderos a cielo abierto, recordó la organización, por lo que consideró indispensable adoptar políticas de reducción de desechos, así como rediseñar productos para que sean reutilizables, durables y de mejor calidad.
“Rechazamos esta ley que no está a la medida de la crisis ambiental y de salud pública actual y que solo es una simulación con etiqueta verde”, concluyó Greenpeace México.
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