El comercio justo, herramienta clave para la reactivación económica

De acuerdo con el Comité de Responsabilidad Social Universitaria y Sustentabilidad de la Universidad Anáhuac, el comercio justo es una forma alternativa de comercio impulsada por varias organizaciones no gubernamentales a nivel mundial

Esta práctica promueve una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores.

Los principios que defiende el comercio justo son:

•    Los productores forman parte de cooperativas u organizaciones voluntarias y funcionan democráticamente.
•    Libre iniciativa y trabajo, en rechazo a los subsidios y ayudas asistenciales.
•    Rechazo a la explotación infantil.
•    Igualdad entre hombres y mujeres.
•    Se trabaja con dignidad respetando los Derechos Humanos.
•    El precio que se paga a los productores permite condiciones de vida digna.
•    Se valora la calidad y la producción sustentable.
•    Cuidar del medio ambiente.
•    Se busca la manera de evitar intermediarios entre productores y consumidores.
•    Se informa a los consumidores acerca del origen del producto.
•    El proceso debe ser voluntario, tanto la relación entre productores, distribuidores y consumidores.

El actual contexto de crisis generada por COVID-19 ha dejado en evidencia las numerosas debilidades del sistema comercial actual, aún más notables debido a la crisis de salud, económica y social.

Los agricultores a pequeña escala en América Latina y el Caribe resienten el impacto de dos crisis mundiales: la generada por la pandemia por COVID-19 y el cambio climático, las cuales han afectado la producción agrícola, incrementando los costos de producción y generando cuantiosas pérdidas para los productores.

Las organizaciones de comercio justo reclaman un cambio en las políticas comerciales con el que puedan aprovechar este momento para establecer nuevos modelos económicos más sostenibles, tanto para las personas como para el planeta. Con la crisis vimos que se tambaleó aquello que estaba establecido. Ahora, es necesario volver a lo sencillo, a lo local, y reconstruir el tejido social y económico.

Para ello, se trabaja con comunidades de productores tanto de países con economías emergentes o débiles y desarrollados para promover estructuras socioeconómicas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente que hagan a estos grupos protagonistas de su propio desarrollo.

Esto incluye un plan de mejora de sus prácticas agrícolas con miras a la certificación, un fortalecimiento de sus capacidades de negociación con empresas y proveedores, y un programa de formación de capacidades de dirección, administración y gestión de las organizaciones.

Y en México, ¿por dónde empezamos? Te compartimos algunas opciones para impulsar el comercio justo:

•    Buscar comprar directamente a los productores.
•    Conocer la historia de lo que consumimos.
•    Conocer la historia de los productores.
•    No regatear.
•    Consumir más responsablemente.

Con estas acciones tan sencillas podemos apoyar de forma directa a la economía local y abonar a la reactivación que tanto se requiere en estos momentos.

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