Reducir, reutilizar y reciclar, claves para la sostenibilidad
Adriano Numa*
Asumiendo que la naturaleza no es una fuente inagotable de recursos, son obligatorios su protección y uso consciente, con una visión a largo plazo. De esto se trata la sostenibilidad, cuyo espíritu de preservación también busca equilibrar la calidad de vida, la salud y la educación.
La naturaleza nos ha dado el mejor ejemplo de economía circular, donde no existe el desecho, sino que sus productos contemplan diversas etapas de vida: un fruto que cae del árbol composta la tierra y sus semillas pueden generar nuevas plantas; nada se pierde, todo se aprovecha en la transformación.
La sociedad contemporánea busca imitar esta economía circular en un modelo de producción y consumo que busca renovar, reciclar, reutilizar, alquilar, compartir y reparar materia existente tantas veces como sea posible, creando un valor añadido y logrando extender su vida útil.
Venimos de un molde o cultura de consumo muy perjudicial para el planeta, donde el concepto de usar y tirar ha lesionado gravemente a la naturaleza, tanto como a nuestro entorno inmediato. Uno de los efectos más perniciosos es la llamada “obsolescencia programada”.
Por ejemplo, los aparatos electrodomésticos de nuestras abuelas duraban décadas y los fabricantes se dieron cuenta de que no era negocio. Ellos, los creadores de los teléfonos celulares, los fabricantes de textiles y muchos industriales más tienen lleno el planeta de toneladas de basura intencionalmente, donde el consumidor también tiene su parte de responsabilidad.
Vasos y utensilios no degradables, baterías de litio, componentes electrónicos, llantas y las mil y una pesadillas de plástico están asfixiando al hogar de las nuevas generaciones. Tenemos que tomar acción ya, y para ello es indispensable que entendamos y hagamos nuestros los siguientes conceptos.
Reducir: pongamos atención a los residuos que generamos. Bajemos sus niveles evitando el plástico de un solo uso, compremos a granel, ordenemos menos comida para llevar, demos preferencia al vidrio y al metal, si no disponemos de mucho tiempo entre semana siempre podemos cocinar y congelar. Todos podemos cargar botellas y bolsas ecológicas.
Reutilizar: siempre hay algo que otra persona puede aprovechar. No tiremos nuestra ropa, libros o juguetes. Se pueden vender, regalar, donar, reparar o incluso convertirse en algo completamente nuevo. Las botellas de suavizante son excelentes regaderas para el jardín con algunos orificios estratégicos.
Reciclar: es muy importante que nuestros residuos terminen en los contenedores adecuados. En nuestras casas tenemos que separar el plástico del papel, apartar los desechos orgánicos y compostables, así como los objetos de vidrio. Es relevante identificar y visibilizar para todos, los puntos limpios de nuestra comunidad; siempre hay un lugar para desechar las baterías, muebles o electrodomésticos de forma segura.
No podemos esperar a que los gobiernos y autoridades resuelvan el problema. Tenemos que ser parte de la solución con acciones y no sólo intenciones. Quejarse de lo mal que está nuestro planeta es un lugar común que no resuelve nada. Hagamos algo hoy por la Madre Tierra y las generaciones que nos sucederán.
*Adriano Numa es escritor y promotor de la cultura de paz.