¿A qué le tienes tanto miedo?
Andrea Varona
Quisiera pensar que todos en algún momento de la vida le hemos tenido o le tenemos miedo a algo. Yo, por ejemplo, le tenía mucho miedo a la oscuridad, tanto que me tenía que dormir con la luz prendida.
Si por alguna razón estaba en la planta baja de mi casa y sabía que tenía que apagar las luces para subir a mi recámara, iba apagando los apagadores sin voltear atrás, imaginándome cualquier cantidad de monstruos siguiéndome a cada paso. Iba corriendo hasta llegar a la seguridad de la luz.
Al paso de los años, mucho más de los que me gustaría confesar, me di a la tarea de procesarlo; en primer lugar, porque yo no era hija de la CFE; y, en segundo término, porque no tenía lógica.
Ya en la universidad, me pidieron escribir un cuento infantil y decidí hacerlo acerca de este miedo. La historia era tal cual, una niña que tenía miedo a la falta de luz hasta que un día le pasó: se fue la luz y tuvo que lidiar con esas presencias que solo aparecían en la oscuridad, pero contrario a lo que ella se imaginaba, no eran seres malignos.
No le querían hacer daño, no estaban buscando asustarla, querían alguien con quién compartir, con quién platicar, que les contara de la vida en la luz y ellos platicar de la vida en la oscuridad.
Una vez que ella pudo superar y ver mas allá de lo que conocía, se percató que tenía un mundo mucho más grande por recorrer y que, aunque no fue su decisión, la vida le había presentado uno de los mejores regalos que hasta entonces habría recibido: entender que el miedo es una sensación y que, si decidimos enfrentarlo, aquello que nos paralizaba tal vez nos lleve a lugares inimaginables. A comprender y apreciar, que en la vida para que haya luz tiene que haber oscuridad y que se está bien en los dos lugares si uno quiere.
Una de las definiciones de miedo es: sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Desde el momento en que nacemos, la vida nos presenta retos; mismos que tal vez nos dan miedo, que quizá no entendemos, pero que a la larga nos sirven si decidimos enfrentarlos y encontrar el para qué.
¿A qué le tienes miedo? ¿A perder? ¿A no tener? ¿A no lograr? ¿A no llegar a los objetivos que alguien más ha decidido que tienes que alcanzar? ¿A que no te amen?
Créeme, en el intento encontrarás mucho más de lo que hoy tienes y eres. Personalmente, me da miedo el no vivir, el no darme cuenta de que solo tenemos una vida y que es mía.
Me atemorizan muchas cosas, pero hace 11 años me di cuenta de que el miedo me mueve y me reta a hacer las cosas. En el miedo he encontrado las experiencias más maravillosas de mi vida, las personas más valiosas.
Como dijo Naguig Mahfuz: “El miedo no evita la muerte. El miedo evita la vida”.
El presente artículo puede consultarse en la edición enero – febrero 2022 de Greentology. Disponible en la siguiente liga:
