En el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal se acordaron 23 metas de conservación que deberán cumplirse para el 2030. A lo largo de dos semanas representantes de 188 países se reunieron en la ciudad de Montreal, en Canadá, para detener la acelerada pérdida de biodiversidad

Algunas de las metas globales que deberán cumplirse hacia 2030 son el efectivo manejo y conservación de al menos el 30% de las tierras, aguas continentales, áreas costeras y océanos, en el marco del reconocimiento de los territorios indígenas. Asimismo, otros planteamientos son los siguientes: retirar incentivos dañinos para la biodiversidad; reducir a “casi cero” la pérdida de áreas importantes; disminuir 50% el desperdicio global de alimentos y reducir el consumo excesivo y la generación de desechos.

Además, se busca movilizar al menos 200 mil millones de dólares anuales para la biodiversidad, provenientes de entes públicos y privados. Con ello se acordó aumentar los flujos financieros internacionales de los países desarrollados a los países en desarrollo, a 20 mil millones de dólares por año para 2025 y 30 mil millones de dólares para 2030.

Resultados en la banca sostenible

Cabe señalar que el Marco Mundial de Biodiversidad Kunming-Montreal sustituye a las Metas de Aichi, que expiraron en 2020 y dieron pocos resultados. En ese sentido, durante la prevalencia de esas Metas, según señala el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF, por sus gilas en inglés), grandes sumas de dinero continuaron fluyendo hacia las actividades más perjudiciales para el medio ambiente, como las vinculadas con la deforestación, la exploración y extracción de combustibles fósiles, así como la minería destructiva.

“Estos flujos financieros están impulsando una mayor pérdida de biodiversidad y socavando cualquier progreso. Hasta que las emisiones globales de gases de efecto invernadero comiencen a reducirse y se detenga y revierta la pérdida de biodiversidad, se puede asumir que el sector financiero no está alineado con los objetivos del Acuerdo de París ni con el Convenio sobre la Diversidad Biológica”, indicó en un comunicado la WWF.

Insuficientes cambios

De acuerdo con el Índice Planeta Vivo global 2022, donde se analiza los bancos centrales en 44 países. Juntos representan cerca del 88% del PIB mundial, el 72% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) y 11 de los 17 países más biodiversos en el mundo. Encontraron importantes brechas que limitan el camino hacia una economía neta cero positiva para la naturaleza.

La organización encontró que el 88% de las jurisdicciones emite regulaciones bancarias y expectativas de supervisión que toman en cuenta los riesgos climáticos y 79% en el caso de la regulación de seguros. La divulgación climática de los bancos se ha retrasado, a pesar de que el 83% de las jurisdicciones la exigen. La medición y los informes transparentes por sí solos son insuficientes para lograr el cambio a la escala y la velocidad requeridas.

Los bancos centrales y supervisores financieros no cuentan con planes de transición creíbles, ambiciosos y obligatorios con plazos establecidos en marcha, aun cuando han publicado estrategias climáticas y de sostenibilidad.

Protegerán con respeto a derechos indígenas

El Marco Kunming obliga a los países de América Latina a proteger principalmente a la Amazonía, el Arrecife Mesoamericano, el Gran Chaco, el Golfo de California o las islas Galápagos. Esta región participó de manera activa en la consolidación del acuerdo, el Foro Indígena Internacional de Biodiversidad (FIIB), el cual cuenta con alta presencia latinoamericana, asesoró a la Convención; de manera que establecieron obligaciones de financiamiento para países desarrollados, salvaguardas para los derechos de los pueblos indígenas y enfoque de género.

“Hemos hablado y ustedes nos han escuchado, ahora convirtamos esas palabras en acción”, indicaron integrantes del FIIB.

Meta 30×30

La meta 30×30 deriva de un diagnóstico realizado por La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés). Sin embargo, ha sido comparada con la meta de 1.5 grados en la lucha contra el cambio climático. El nombre se debe a que se busca que el 30% del planeta sea protegido para 2030. Cabe mencionar que en la actualidad, cerca del 17% de la superficie terrestre y el 10 % de la marina tienen algún tipo de protección.

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