La deshidratación solar es un método que permite conservar los alimentos por más tiempo, es una manera saludable, ecológica y sustentable

La deshidratación mediante energía solar es una técnica muy antigua que consiste en la eliminación de la mayor parte de agua de un alimento. Se realiza el secado a través de un flujo de aire caliente. De manera que constituye una alternativa que permite reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Hace miles de años, la frutas, los granos, los vegetales, las carnes y los pescados se secaban al sol para usarlos en épocas de escasez.

Beneficios

Los alimentos mantienen sus propiedades, alargan su tiempo de vida, así como reducen su peso y volumen. Por lo que, ocupan menor espacio de almacenamiento y optimizan el transporte y la distribución. Asimismo, la preservación es más duradera cuanto menos agua retengan y cuanto menor sea la temperatura de deshidratado; puede durar años, ya que no se pierden proteínas, hidratos de carbono y grasas o lípidos.

Los sabores de los insumos se intensifican y, en determinados casos, se evita su pérdida total, porque evita la proliferación de bacterias que tienden a dañarlos.

La deshidratación solar añade valor agregado al alimento utilizado. Permite obtener aquellos productos que son compatibles con cualquier otro deshidratado para la elaboración de mezclas y sirven de base para la elaboración de otros insumos. Son de fácil preparación, además ahorran tiempo y energía.

La deshidratación solar rompe con el concepto de la estacionalidad. En otras palabras, no importa que no sea la temporada del alimento, podrá ser utilizado cuando se guste y para variados fines.

Diferencia entre deshidratación solar y desecado

Si bien ambos métodos reducen la cantidad de agua de los comestibles frescos, cada uno tiene procesos distintos. De acuerdo con la Asociación Nacional de Energía Solar (ANES), “la deshidratación es la reducción de la cantidad de agua mediante el tratamiento del alimento por aire previamente calentado, superficies calientes”, entre otras. Los insumos que pueden deshidratarse son las frutas, las hortalizas, las legumbres, los hongos y las especias.

En tanto que el desecado es la disminución de la porción de agua a través del tratamiento del alimento en condiciones ambientales como el sol o el viento, es decir, de manera natural o artesanal. Los productos que pueden desecarse son las frutas, las hortalizas, las legumbres, los hongos, la carne y el pescado.

TE PUEDE INTERESAR ♦ Lanzan campaña para facilitar energía solar portátil