Según la SEMARNAT, la CDMX genera 13,149 toneladas de residuos sólidos diariamente, aproximadamente 1.40 (kg/hab/día). Pensamos, y con justa razón, que las fábricas son las que más contaminan pero en realidad todos lo hacemos ¿Cómo podemos ayudar a que sea menos?

Solemos creer que maquiladoras, refinerías, el transporte, automotriz, entre otros sectores con motores, chimeneas y líneas de producción, son los más contaminantes.

Sin embargo, muchos desconocen que refresqueras, dulceras, firmas de productos para el cuidado personal o bebidas como el café soluble, también contaminan en importante grado por el uso que de materiales, como el plástico, requieren para sus procesos.

Pero quizá sin darnos cuenta, con nuestros hábitos cotidianos, cada uno de nosotros y de manera personal y exponencial (además de las fábricas) participamos para que la contaminación se multiplique día con día.

Existen, sin embargo, pequeñas grandes acciones que si la mayoría empezamos a aplicar representarían un importante respiro para el planeta.

Instrucciones generales para dejar de contaminar

1. Antes de tirar un chicle o colilla de cigarro piénsalo dos veces. La temporada de lluvias nos demuestra una y otra vez su problemático papel en el drenaje de la ciudad. Además de que un chicle tarda años en degradarse y las colillas frenan el crecimiento de plantas.
2. Si aún no lo has hecho no esperes más. Sustituye todos tus focos incandescentes por ahorradores, recuerda que además de ayudar a tu cartera, los primeros liberan elementos tóxicos.
3. Cierra la llave mientras te bañas, lavas dientes, manos o el auto. Muchos tienen el hábito de desperdiciarla así porque creen que no es mucho el volumen. Si pusieras una cubeta antes de abrir la llave para esas necesidades, te darías cuenta de cuánto líquido estás tirando.
4. No compres artículos altamente desechables o de plásticos que no son biodegradables. Si no se reciclan representan contaminación segura para el ambiente, ríos y mares, por años.
5. Por mucho que te sea novedoso, no cambies tus gadgtes (teléfonos celulares, computadoras, reproductores, pantallas, etc.) con tanta frecuencia. Cada aparato de estos está fabricado con materiales contaminantes, algunos incluso no reciclables. Deja que su vida útil te diga el momento en que sí sea necesario renovarlos.
6. Dale el mantenimiento debido a tu automóvil. Muchos suelen creer que porque “anda muy bien”, no necesita que se le haga nada. Pero recuerda, el beneficio no es solo para ti y el vehículo, sino para la calidad del aire que todos necesitamos.
7. No tires las basura en la calle, bosques y parques. Aprende mejor a separarla bien entre orgánica e inorgánica.
8. Usa racionalmente los plaguicidas, no solo pueden ser dañinos para tu casa, sino para todo el medio ambiente.
9. Reduce el consumo de electricidad. Un foco apagado durante el día o que no se necesita, suma en la disminución de emanaciones de contaminantes y partículas. Y también ahorras dinero.
10. Aplica el poder de las 3 Erres: Reduce-Reutiliza-Recicla. Un menor consumo tendrá como resultado una menor contaminación atmosférica de todo tipo. ¡Manos a la obra!

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