Empresa de alimentos promueve programa de conservación del campo
Kellogg, de la mano con CIMMYT promueve el Programa de Apoyo al Abastecimiento Responsable. Así contribuye a la conservación del campo; los agricultores en México se benefician de innovaciones agrícolas que ayudan a hacer más resilientes los sistemas agroalimentarios ante los efectos del cambio climático
En conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la ONU en 1973, resulta lógico traer a la luz la severa crisis climática que enfrenta el planeta y la humanidad que lo habita. Ningún rincón está a salvo: aumento de temperaturas, desastres naturales, condiciones meteorológicas extremas, inseguridad alimentaria e hídrica entre otros. Aun cuando existen situaciones ya irreversibles, los seres humanos están obligados – en lo individual y colectivo – a trabajar en conjunto si desean prosperar.
Alianza con CIMMYT
Algunas empresas y organizaciones se han propuesto actuar dentro de sus capacidades para aportar a un mejor mañana. Kellogg, ha implementado programas desde hace varios años en colaboración con otros actores. Tal es el caso de su alianza con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con quien unió fuerzas en 2017 para implementar un modelo de producción de maíz amarillo bajo prácticas sustentables. Para ello puso en práctica el “Programa de Apoyo al Abastecimiento Responsable” en México.
“Buscamos fomentar alianzas con organizaciones comprometidas con el medio ambiente para maximizar nuestro impacto, porque estamos convencidos de que, apoyándonos en las fortalezas de nuestra compañía, contribuimos a mejorar la alimentación de las comunidades donde vivimos y trabajamos. Estamos muy orgullosos porque junto con el CIMMYT, brindamos guía y soporte en Agricultura de Conservación (AC). Para que cerca de mil agricultores en aproximadamente doce mil hectáreas tomen mejores decisiones e implementen prácticas responsables en materia de medioambiente, desarrollo económico e inclusión social,” menciona Roberto Vázquez, director de asuntos corporativos para Kellogg LATAM.
Dicho tipo de agricultura implica una forma de cultivar que cuida el suelo agrícola y lo protege de la erosión. Gracias a que este se remueve lo menos posible; se cubre con residuos del cultivo anterior y se diversifican los cultivos. Además, con acompañamiento técnico en las parcelas de los productores se procura elevar al máximo la eficiencia del uso de los recursos e insumos productivos como semillas, maquinaria y nutrientes.
Buscaron reducir GEI
De acuerdo con los registros del último ciclo productivo, los productores han incrementado en 10% la eficiencia en el consumo de agua y fertilizante requerido para la producción de una tonelada de maíz. Cabe destacar que estas prácticas tienen un alto potencial para reducir hasta en 20% la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera. Sumado a ello, este proyecto es una táctica que contribuye a los números objetivo de abasto predominantemente nacional y sustentable, mismo que se ve amenazado por las coyunturas en los mercados internacionales de granos. Juntos, el CIMMYT y Kellogg pretenden aumentar en más del triple la producción sustentable en la zona del Bajío Guanajuatense y Valle de Culiacán, Sinaloa.
La primera etapa tuvo como resultado una producción de alrededor de 60 mil toneladas de grano en una superficie de 6 mil hectáreas: 400 productores involucrados. En la segunda, a culminar a finales de 2024, se espera incrementar la producción a 190 mil toneladas en unas 19 mil hectáreas y adicionar a 500 productores.
“Hemos recorrido un largo camino; y aunque hay mucho por hacer. Tan sólo este ejemplo demuestra el gran potencial que Latinoamérica tiene para que su agricultura sea el motor de los sistemas agroalimentarios que brinden nutrición; cuiden el medio ambiente y faciliten la seguridad agroalimentaria nacional e internacional”, sugiere Bram Govaerts, director general (CEO) del CIMMYT.
Concientización
La apuesta por el cambio de mentalidad de los productores y el desarrollo de capacidades apoya a que ellas y ellos tomen mejores decisiones respecto al manejo de sus cultivos. Tales como ahorros en costos de producción, mayores ganancias, al igual que la concientización de la importancia de su trabajo y el impacto que tiene en el mundo. Tanto el medio ambiente como la nutrición de miles de personas que consumen los productos hechos con sus cosechas se ven directamente afectados por los métodos elegidos.
“Me gustaría que otros productores vieran el trabajo que hacemos para que no utilicen tanto tractor. Nosotros lo decimos por experiencia. Ya tenemos tres ciclos trabajando así y yo me siento muy halagada porque este maíz está alimentando a muchas personas. Sobre todo a los mexicanos que consumimos el cereal de Kellogg. Para mí es un honor sembrar el maíz amarillo de manera sustentable porque este conocimiento lo vamos a heredar a nuestros hijos y nietos en un futuro no muy lejano,” insiste Ariana Arzola Galindo, productora.
Pareciera que la producción sustentable de alimentos nutritivos nunca había sido tan relevante como en la actualidad. Colaboraciones como la hallada entre Kellogg y CIMMYT son un buen paso hacia adelante y una interesante estrategia en pro del medio ambiente. Según información de la compañía, tiene un avance de más del 85% a nivel LATAM.
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