En la actualidad, los niveles de estrés y ansiedad son un problema que ataca a la población mundial. Las jornadas excesivas de trabajo, así como el rush y el caos que se puede vivir en las grandes ciudades, contribuyen al problema. De ahí que este Día Mundial de la Salud Mental, te presentamos el ‘Forest Bathing’, una práctica japonesa que puedes realizar en la Reserva Santa Fe o en cualquier bosque

Tan sólo en México, Gobierno señala que el 3.6 millones de personas adultas viven con depresión en el país. En tanto que la última Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado del INEGI, muestra que 31.3% de habitantes mexicanos experimentan ansiedad.

Aunque los factores son múltiples, está demostrado que el ritmo de vida que se lleva en metrópolis, es un factor que puede desencadenar estos padecimientos. Tan solo en México, 79% de las personas viven en zonas urbanas, esto de acuerdo con datos del INEGI.

Baños de bosque

Ante este panorama han surgido alternativas que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas, particularmente la salud mental, tal es el caso del Forest Bathing, una práctica japonesa que consiste en tomar “baños de bosque”, beneficio que los residentes de Reserva Santa Fe tendrán oportunidad de disfrutar, rodeados de un ambiente natural que les permitirá conectar con la naturaleza, practicar actividades y bajar los niveles de estrés.

De acuerdo con un estudio realizado por diversas universidades y dependencias de salud en Italia, respirar el aire de un bosque puede reducir la ansiedad debido a los compuestos volátiles que liberan los árboles.

Por esta razón y en el marco del Día Mundial de la Salud Mental que se conmemora este 10 de octubre, te recomendamos practicar esta medicina japonesa en la Reserva Santa Fe, el proyecto residencial mexicano regenerativo ubicado en medio del bosque, a 15 minutos de Santa Fe.

Disminuye el cortisol

Investigadores japoneses descubrieron que árboles como pinos, cedros y cipreses liberan fitómidos, sustancias que disminuyen los niveles de cortisol en las personas que están más expuestos a ellos. Los expertos recomiendan tomar baños de bosque, buscar una alternativa cercana a la Ciudad de México en donde vivir, sin sacrificar las actividades cotidianas, y poder cambiar el estilo de vida.

Reserva Santa Fe es una residencial de lujo situado en el Eje Neovolcánico Transversal, una zona boscosa en el Estado de México. Actualmente se encuentra en su segunda etapa de preventa y cuenta con más de 196 hectáreas. Con espacios para practicar actividades al aire libre, así como amenidades entre las que destacan un área en medio del bosque para meditación, senderos para andar en bicicleta, espacios para hacer picnics con la familia, así como rutas para caballos, clases de yoga en la naturaleza, observatorio astronómico, entre muchas otras.

Bosque comestible

Los bosques albergan una gran cantidad de plantas medicinales que son buenas para mejorar la salud de las personas, aunque no sustituyen a los antidepresivos o ansiolíticos, son un complemento natural. Tal es el caso de hierbas como la Pasiflora, Lavanda o la Manzanilla que pertenecen a la herbolaria mexicana ubicada en las zonas boscosas.

Según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), el registro del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) arroja 3,000 especies de plantas con atributos medicinales en México, representando el 15% del total de la flora mexicana.

Siguiendo esta línea, Reserva Santa Fe desarrolló para sus habitantes el proyecto de Bosque Comestible, el cual es un componente de su Programa de Producción de Alimentos, cuyo objetivo principal es producir al menos el 60% de la dieta de los habitantes de este complejo, dotándolos de alimentos orgánicos y saludables. Además, el proyecto planea un huerto, una granja y un apiario para la comunidad que ahí resida.

Cabe destacar, que este residencial cuida tanto a la comunidad que lo habita, hasta el ecosistema donde fue construido. Ya que sus villas están en proceso de certificarse como Living Building Challenge, un distintivo que otorga el International Living Future Institute (ILFI). Con el cual, los proyectos que lo obtienen, deben pasar por una rigurosa evaluación para ser considerados  edificaciones que aportan más de los recursos naturales que se utilizan para su construcción y mantenimiento, restaurando ecosistemas.

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