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¡Apaga la luz durante La Hora del Planeta!

La Hora del planeta


El próximo 23 de marzo, se celebra como desde hace 17 años “La Hora del Planeta“, iniciativa del Fondo Mundial para la Naturaleza (World Wildlife Fund, WWF) a la que se suman millones de personas apagando la luz de sus espacios durante 60 minutos, ¡súmate! 

Este ejercicio simbólico de reflexión en torno a qué podemos hacer para disminuir el cambio climático, es una oportunidad para reflexionar sobre la afectación de la luz artificial a la naturaleza. Un tema del que poco se habla, donde la responsabilidad es más de los gobiernos y organizaciones que de la población: la contaminación lumínica.

En palabras del Servicio Geológico Mexicano (SGM), es la “emisión y reflexión hacia la atmósfera de la luz proveniente de las fuentes artificiales, que es dispersada en todas direcciones por las partículas presentes en el aire, produciendo una disminución de la oscuridad natural del cielo nocturno”.  En otras palabras, se refiere al brillo o resplandor de luz artificial en el cielo nocturno que es excesivo, mal dirigido o no necesario.

Luz antropogénica

Según un estudio reciente publicado por investigadores de la Universidad de Gävle (Suecia) y del Instituto de Ecología de los Países Bajos, en conceptos científicos la contaminación lumínica obedece a la “luz antropogénica”. Es decir, aquella que se emite en áreas donde los humanos están presentes, con consecuencias de largo alcance para la mayoría de las especies y sus ecosistemas.

Este fenómeno es producido mayormente en las ciudades. Sobre todo en las grandes áreas urbanas con complejos habitacionales, centros comerciales, polígonos industriales y zonas de ocio y deportivas. Como pueden ser los estadios que es fácil reconocer al momento de sobrevolar una metrópoli en avión. Por ejemplo, para darnos una idea del alcance de sus luminarios.

Planeación de ciudades

La planeación de las ciudades es un factor que permite disminuir la contaminación lumínica. De acuerdo con Juan Carlos Laso, CEO del Grupo Construlita dedicado a soluciones de iluminación profesional, influye el concepto de “distribución fotométrica“, que se usa para comprobar que la luz emitida por un luminario se distribuya hacia el suelo y no hacia el cielo nocturno. En ese sentido, éste debe apegarse a la estrategia del diseño urbano, el cual desde el punto de vista lumínico busca evitar el deslumbramiento de los habitantes y que no haya “fugas” de iluminación hacia los laterales, alumbrando sólo donde se requiere y fue planeado.

Otro factor que contribuye a evitar la contaminación lumínica es la infraestructura. La clave está en la tecnología: “Las tecnologías LED de alta eficiencia energética y vida útil prolongada se usan cada vez más en proyectos de iluminación urbana. Lo que permite un consumo energético menor y una disminución de emisiones de carbono en comparación con las fuentes de luz convencionales”.

Además, agrega Laso, “estos luminarios de última generación se pueden combinar con sistemas de gestión y control inteligente, permitiendo su regulación y programación en función de la demanda y necesidades específicas de cada área. Si fusionamos luminarios LED con automatización y un diseño urbano sostenible, entonces sí estaremos reduciendo el impacto negativo de la actividad lumínica nocturna, más allá de un día específico”.

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