Cedeño, una lucha desigual contra el mar y el cambio climático
Cedeño, una aldea turística en el sur de Honduras, está perdiendo una batalla constante contra el mar, que en las últimas tres décadas ha consumido gran parte de su infraestructura costera. Ubicada a orillas del Golfo de Fonseca, esta comunidad ha sido testigo de la destrucción de viviendas, negocios y espacios públicos, dejando a sus habitantes en una lucha por adaptarse al cambio climático
“Yo tenía un negocio allí, tenía una cuartería, un garaje de carros, un salón, y todo eso ya no existe, quedó adentro del mar todo. Perdimos todo”, relata Santos Toruño, quien ha vivido en Cedeño durante 45 años. La costa ha cambiado tanto que, según Toruño, el mar ha devorado tres calles, dejando a la comunidad sin playa.
Panorama actual de Cedeño refleja los estragos del cambio climático
Estas afectaciones son exacerbadas por el impacto del huracán Mitch en 1998. Fredy Omar Chavarría, jefe de Gestión de Riesgos de la Alcaldía de Marcovia, explica que el Mitch fue un punto de inflexión. El huracán azotó fuertemente y “el mar se ha comido cinco cuadras”. Desaparecieron casas, restaurantes y hoteles.
La destrucción también alcanzó un campo de fútbol y un centro de salud, ahora sepultados bajo las aguas. Un tanque de agua potable, declarado inoperable, se inclina hacia el mar, anticipando un destino similar. A pesar de estos desafíos, Toruño y otros habitantes intentan adaptarse: “Ya estamos adaptados al lugar. ¿Y para dónde nos vamos a ir?”.
Los efectos del cambio climático también han reducido el turismo, fuente vital de ingresos para la comunidad. Aunque algunos pobladores continúan construyendo pequeños restaurantes con materiales modestos, el flujo de visitantes es mínimo comparado con décadas pasadas.
Chavarría detalla que la Corporación Municipal ha prohibido edificaciones resistentes en la franja costera debido al avance del mar. Además, se están coordinando acciones con la comunidad internacional para mitigar los efectos del cambio climático.
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