El Día de la Candelaria y su relación con la venta de tamales en triciclo
Estamos a pocos días de que se celebre el Día de la Candelaria y como ya es tradición, en esa fecha se degustan los tradicionales tamales que, en muchos de los casos, llegan a tu plato gracias a la labor de los vendedores en triciclo
Pero los tamaleros en triciclo no solo trabajan para vender sus productos el 2 de febrero. Ellos también llevan a cabo su labor por las mañanas, cuando te diriges a tu trabajo o por las noches, cuando buscas algo rápido pero delicioso para cenar.
El origen de los tamales se remonta a la época prehispánica, por lo que se trata de uno de los platillos característicos de la gastronomía mexicana, considerada como una de las mejores de todo el mundo.
Este alimento que surgió en la antigua Mesoamérica castellanizó la voz náhuatl “tamalli”. El significado de dicha palabra prehispánica es “envuelto” o “envoltorio”.
Los cronistas españoles conocieron este alimento en la antigua México-Tenochtitlán. Ellos indicaron que se comían de manera particular durante las fiestas religiosas. Además, eran ofrecidos en las calles en la modalidad que hoy conocemos como tianguis como el de Tlatelolco.
Luego de la conquista, este alimento se enriqueció con ingredientes de todo el mundo y en toda clase de festividades. Sin embargo, la celebración por excelencia es la marcada por el calendario litúrgico de la iglesia católica.
Inicio de la comercialización de los tamales en triciclo
Con el porfiriato, a finales del siglo XIX, llegó la implementación de varios inventos como la bicicleta. Posteriormente, en la década de los sesenta, la venta de tamales comenzó a llevarse a cabo en triciclos grandes, fabricados por una de las compañías que cambiaron el giro de la producción de armas a estos transportes. Hay que destacar que esta evolución empresarial fue impulsada por una iniciativa gubernamental para reducir la producción de armas de fuego.
Es así como surgió el nuevo transporte de los vendedores de tamales, donde podían transportar sus vaporeras y cascos de atole. Incluso trasladaban bancos para los clientes.
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