Clausura Profepa planta de Oleopalma en Chiapas por exceso de aguas residuales

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausura parcialmente la planta extractora de aceite de palma de Industrias Oleopalma en Mapastepec, Chiapas. Tras detectar que la empresa descargó un volumen de aguas residuales 31.8% superior al permitido en su autorización vigente
Durante una inspección realizada los días 24 y 25 de abril de 2025, la Profepa documentó irregularidades graves. Además del exceso de descargas, constató que la empresa “no cuenta con un área de almacenamiento de lodos del sistema de tratamiento, como lo establece la NOM-004-SEMARNAT-2002”. Ante estos hallazgos, se ordenó la clausura temporal parcial del área de generación de aguas residuales de la planta y del área de secado de lodos, además de imponer medidas correctivas de urgente aplicación.
La autoridad ambiental subrayó que “el exceso de descarga de aguas residuales industriales y la falta de disposición adecuada de lodos representan un riesgo para el suelo, los cuerpos de agua, la biodiversidad y la salud pública, al incrementar la contaminación por compuestos como nitrógeno, fósforo, materia orgánica y bacterias coliformes”.
Esta medida se enmarca en los esfuerzos de vigilancia y protección ambiental en la región Istmo–Costa, una zona rica en biodiversidad pero vulnerable ante los efectos de la contaminación industrial.
70% de cuerpos de agua está contaminado
La situación de las aguas residuales en México en 2025 refleja un desafío persistente. Según la Dirección de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Ciudad Valles, S.L.P., “alrededor del 70% de los ríos mexicanos están altamente contaminados, con descargas industriales, agrícolas y domésticas sin tratamiento adecuado”.
Esa gran cantidad de aguas residuales es descargada sin tratamiento. De ese modo deterioran la calidad del agua, afectan la salud humana y ponen en riesgo a numerosas especies acuáticas. Instituciones como la Comisión Nacional del Agua (Conagua) lideran proyectos de saneamiento y restauración de importantes afluentes como el Lerma-Santiago, el Atoyac y el río Tula. Sin embargo, debido a la reciente implementación del Plan Nacional Hídrico aún no se puede medir el impacto de estas medidas.
Rendición de cuentas ambiental
La presión sobre los recursos hídricos se ha intensificado ante la sequía que, de acuerdo con la Conagua, podría extenderse hasta mayo de 2025. Este escenario agrava la necesidad de aplicar políticas más estrictas de gestión del agua, incluyendo la promoción de la eficiencia en su uso y la reutilización de aguas tratadas en actividades agrícolas e industriales.
Además, en la frontera entre México y Estados Unidos, las descargas de aguas residuales han provocado tensiones diplomáticas, evidenciando que la contaminación hídrica trasciende fronteras y demanda soluciones urgentes y coordinadas.
En ese contexto, la clausura parcial de la planta de Oleopalma parece un paso importante hacia la rendición de cuentas ambiental. De ahí que da cuenta de la necesidad de fortalecer los mecanismos de supervisión y sanción para frenar el deterioro de los cuerpos de agua en México. Mientras tanto, organizaciones civiles y comunidades locales se mantienen alertas ante futuras acciones de la empresa y de las autoridades encargadas de proteger los recursos hídricos de la región.
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