Tipo de búsqueda

agua Cambio Climático G 360° The GreenSide

Las ballenas alertan sobre toxinas en el Ártico

BALLENAS ÁRTICO


Las ballenas de Groenlandia muestran un aumento de toxinas en el Ártico. El calentamiento global favorece floraciones de algas nocivas que ponen en riesgo la seguridad alimentaria de comunidades nativas

Un grupo internacional de científicos, liderado por el Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI), descubrió que las ballenas de Groenlandia se han convertido, sin saberlo, en centinelas del cambio ambiental en el Ártico. Su alimentación por filtración ha permitido detectar un preocupante aumento de toxinas provenientes de floraciones de algas nocivas (FAN), resultado directo del calentamiento de los océanos.

Durante casi dos décadas, investigadores analizaron muestras de 205 ballenas cazadas legalmente por comunidades nativas de Alaska. Año con año, las ballenas revelaron una constante presencia de saxitoxina —neurotoxina producida por el alga Alexandrium— y, en menor medida, de ácido domoico, derivado de Pseudo-nitzschia. Este hallazgo no sólo evidencia el aumento de estos compuestos tóxicos en la red alimentaria del Ártico, sino que enciende alertas sobre su impacto en la seguridad alimentaria y cultural de comunidades indígenas que dependen del mar para sobrevivir.

“Las personas en estas regiones remotas han confiado por generaciones en la fauna marina. Hoy enfrentan un nuevo riesgo invisible”, señaló Kathi Lefebvre, científica de NOAA y autora principal del estudio publicado en Nature.

El deshielo como disparador tóxico

La investigación encontró una relación directa entre el aumento de temperatura del agua, la pérdida de hielo marino y la proliferación de algas tóxicas. Estudios oceanográficos realizados por el equipo del WHOI, incluido el científico Bob Pickart, demostraron cómo ciertas condiciones atmosféricas y corrientes marinas intensifican el flujo de calor hacia el norte. Estas condiciones generan un entorno propicio para las FAN y elevan los niveles de toxinas en la red trófica.

En los sedimentos del fondo marino del Ártico de Alaska, los investigadores identificaron los mayores depósitos de quistes latentes de Alexandrium. Históricamente inactivos por las gélidas temperaturas, estos quistes comienzan ahora a germinar debido al calentamiento de las aguas profundas. Esto añade una nueva fuente de floraciones tóxicas a las ya conocidas floraciones transportadas desde el sur.

“El panorama cambia por completo si estos quistes comienzan a germinar localmente”, explicó Don Anderson, director del programa nacional estadounidense sobre floraciones de algas nocivas.

Comunidades piden herramientas para responder

Desde hace años, las comunidades nativas del norte y oeste de Alaska han advertido cambios en el ecosistema. Su conocimiento ecológico tradicional ha sido clave para impulsar esta investigación. Ahora solicitan herramientas para identificar en tiempo real la presencia de toxinas en alimentos marinos tradicionales como ballenas, peces y mariscos.

“Necesitamos pruebas de campo para saber si lo que pescamos es seguro para nuestras familias”, expresó Raphaela Stimmelmayr, veterinaria en Barrow, Alaska. “Es muy difícil renunciar a recursos de los que hemos dependido desde tiempos ancestrales”.

El trabajo científico combinó experiencia en oceanografía, climatología, toxicología, salud de mamíferos marinos y saberes indígenas. La alianza entre ciencia occidental y conocimiento nativo permitió entender mejor los riesgos del calentamiento en el Ártico y confirmar la urgencia de establecer sistemas permanentes de monitoreo de toxinas.

Los investigadores concluyen que, si bien las FAN en el Ártico son un fenómeno reciente, el ritmo del cambio climático puede volverlas recurrentes.

TE PUEDE INTERESAR ♦ Envían carta a Sheinbaum para frenar proyectos de gas fósil en el Golfo de California

Tags:

También te puede interesar