Bosques por Siempre logra plantar más de 1.6 millones de especies nativas en su primer mes

Durante su primer mes de operación, el programa Bosques por Siempre, impulsado por la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA) de la Ciudad de México, sembró 1,604,847 plantas nativas en comunidades y ejidos del suelo de conservación, así como en Michoacán, Tlaxcala y el Estado de México. La meta para 2025 es alcanzar 10 millones de ejemplares.
De acuerdo con la Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (DGCorenadr), el programa contempla la plantación de árboles, arbustos y flores nativas; mantenimiento de áreas reforestadas; monitoreo de supervivencia y reposición de ejemplares no viables, bajo un esquema de manejo integral de cuencas y trabajo conjunto con comunidades y gobiernos estatales.
TE PUEDE INTERESAR: Inicia programa “Reverdeciendo el Centro Histórico” con plantación de ahuehuete y especies nativas
Distribución y metas por región del programa Bosques por Siempre
De los 10 millones de plantas previstas, 5.2 millones se destinarán al suelo de conservación de la capital y sus Áreas Naturales Protegidas. Hasta ahora, se han establecido 1,073,197 en alcaldías como Tlalpan, Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa.
En estados vecinos, la meta es plantar 4.8 millones de ejemplares. En esta primera etapa se han colocado 106,650 en el Estado de México, 400,000 en Michoacán y 25,000 en Tlaxcala. Próximamente se enviarán plantas a Morelos, Hidalgo, comunidades purépechas, Puebla, La Malinche y Cuautitlán Izcalli.
Las especies utilizadas provienen del vivero forestal de la DGCorenadr, con capacidad anual de hasta 10 millones de ejemplares. El vivero cuenta con áreas especializadas, planta de tratamiento de aguas residuales, laboratorios y zonas para el procesamiento de semillas y germoplasma.
El enfoque del programa prioriza la restauración de funciones ecosistémicas, como la conservación de suelos y agua, la conectividad entre especies, la recarga de acuíferos, la captura de carbono y la protección de hábitats. Entre las cuencas beneficiadas están las del Balsas, Lerma–Santiago y Pánuco, que aportan cerca del 30 % del agua que consume la capital.