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La tala ilegal de madera detrás de las turbinas eólicas

TURBINAS EÓLICAS


Una investigación revela que turbinas eólicas en China y Estados Unidos usan madera de balsa vinculada a tala ilegal en la Amazonía. Ello afecta a comunidades indígenas y ecosistemas únicos

La Agencia de Investigación Ambiental de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) reveló que fabricantes internacionales de turbinas eólicas utilizan madera proveniente de la tala ilegal. Esto representa graves impactos sociales, ambientales y culturales.

“Nuestra investigación indica que una gran porción de balsa silvestre proviene de tala ilegal”, afirmó Haibing Ma, especialista en políticas de Asia de la EIA y autor principal del informe “Mal viento. Desde crímenes en la selva amazónica de Ecuador a las turbinas eólica en EEUU y China”, publicado en octubre de 2024.

El documento expone cómo la creciente demanda de esta madera está desatando una crisis ambiental en la Amazonía ecuatoriana y peruana. Sobre todo porque es ligera y resistente, ideal para la fabricación de aspas de aerogeneradores.

Ecuador, el principal afectado

Ecuador, que provee el 90% de la balsa mundial, ha visto cómo sus bosques se convierten en el blanco de taladores ilegales. Representantes de plantaciones locales admitieron a la EIA que mezclan madera cultivada con balsa silvestre. Un representante de Ecuabal reconoció que su empresa se abastece con un 50% de madera de plantación y otro 50% de silvestre. Mamba Wood emplea un 30%, mientras que Plantabal S.A., la mayor plantación del país, llega hasta el 60%.

“La balsa es un árbol tropical nativo de la Amazonía, conocido por su rápido crecimiento y madera liviana”, explicó Belén Páez, presidenta de la fundación Pachamama. “Tiene una gran importancia ecológica y cultural en la Amazonía”.

Su tala afecta directamente a comunidades indígenas como los siekopai, a’i cofán, shuar y achuar, quienes dependen del bosque para su vida diaria. Según Acción Ecológica, estas poblaciones han enfrentado negociaciones desiguales. En tanto que el metro cúbico de balsa puede exportarse a 722 dólares, las comunidades reciben apenas 22 centavos por árbol.

La respuesta quizá llega desde Europa

En abril de 2021, Pachamama denunció que 80 comunidades fueron afectadas. En respuesta, desarrollaron junto a la Nacionalidad Achuar un plan de manejo sostenible con trazabilidad y monitoreo socioambiental. “El objetivo es equilibrar la generación de ingresos económicos para las comunidades con la conservación de los bosques y la sostenibilidad a largo plazo”, dijo Páez.

A pesar de los controles del Ministerio de Agricultura de Ecuador, que afirma verificar las plantaciones forestales, la EIA señala que las medidas actuales son ineficaces. La situación podría agravarse con un nuevo auge de la demanda china. “Conocedores del sector nos han informado que la demanda de balsa desde China ha empezado a incrementarse en 2023-2024, señalando que otro boom estaría en el horizonte”, advirtió Ma.

La esperanza para frenar este ciclo podría llegar desde Europa. La nueva Regulación de Deforestación de la Unión Europea (EUDR), que prohibirá la comercialización de productos asociados con deforestación, entrará en vigor en diciembre de 2025. Sin embargo, como advierte la EIA, las turbinas fabricadas en China con balsa ilegal podrían seguir ingresando a Europa como productos terminados.

En el nombre del progreso energético, la Amazonía paga un precio alto. Una transición energética verdaderamente sostenible no puede construirse sobre la devastación de uno de los ecosistemas más importantes del planeta.

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