El pasado 20 de noviembre Greenpeace España publicóuna investigación que confirma que la ropa de Shein, considerada la tienda de moda en línea más grande del mundo, sigue presentando sustancias químicas peligrosas, a pesar de que mantiene compromisos públicos para mejorar sus controles.
De las 56 prendas y zapatos adquiridos en ocho países, tanto en la tienda en línea como en puntos de venta temporales, 18 artículos (32%) exceden los límites establecidos por el Reglamento Europeo de Sustancias Químicas (REACH).
Entre las prendas analizadas, una adquirida en España superó más de 600 veces los niveles permitidos de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), compuestos conocidos como “químicos eternos” por su persistencia en el ambiente y relacionados con cáncer, trastornos del desarrollo sexual, problemas de crecimiento infantil y debilitamiento del sistema inmunológico.
La organización advierte que los impactos no solo recaen en quienes confeccionan estas prendas y en los ecosistemas de los países productores, sino también en quienes las usan. Las sustancias tóxicas pueden entrar al organismo por contacto con la piel, especialmente mediante el sudor, por inhalación de partículas o porque niños y niñas se los llevan a la boca.
Una vez que la ropa se lava o se desecha, los contaminantes pasan a ríos, suelos y a la cadena alimentaria, agravando la contaminación ambiental.
Compuestos peligrosos detectados
Los análisis de Greenpeace muestran que Shein incumplió sus propias promesas de mejorar la gestión de sustancias químicas. Entre los hallazgos destacan:
7 prendas, todas chaquetas, excedieron los límites de PFAS hasta 3 mil 300 veces.
14 prendas superaron los límites de ftalatos, seis de ellas en más de 100 veces.
3 artículos infantiles están entre los que rebasan la normativa europea.
«Shein evidencia cómo el sistema de la ultra fast fashion es un modelo fallido que genera sobreproducción y contaminación y pone en riesgo la salud […]. Este gigante de la moda rápida inunda el mundo con ropa de baja calidad y, a pesar de sus promesas, muchas de sus prendas contienen sustancias peligrosas», señaló Celia Ojeda, responsable de la campaña de consumo de Greenpeace.
Greenpeace advirtió que los impactos no solo recaen en quienes confeccionan la ropa, sino también en quienes la usan.
La organización también subrayó que fechas como el Black Friday, el Single Day, la temporada navideña y las rebajas disparan el consumo de prendas de corta vida útil, lo que provoca pérdida de hábitats, mayores emisiones de gases de efecto invernadero y un incremento significativo de residuos.
Un modelo que se expande sin control
Con 363 millones de visitas mensuales, según datos citados por Greenpeace, Shein.com es ahora el sitio web de moda más visitado del mundo, atrayendo más tráfico que plataformas como Nike, Myntra y H&M juntas.
La plataforma ofrece más de medio millón de diseños disponibles en cualquier momento y puede lanzar hasta 10 mil nuevos modelos en un solo día, lo que incrementa el volumen de ropa de corta vida útil y los residuos asociados.
A pesar de que Shein aseguró en 2022 que mejoraría la gestión de sustancias peligrosas, Greenpeace afirma que la empresa continúa aprovechando vacíos legales para enviar productos sin controles de aduana directamente a los compradores.
Greenpeace exige una ley contra la moda rápida
Frente a este panorama, Greenpeace demanda una legislación que limite la producción masiva de prendas y regule estrictamente a las plataformas digitales. Específicamente propone una ley inspirada en la iniciativa francesa conocida como «ley anti-Shein», que contempla impuesto a la moda rápida, prohibición de publicidad de moda rápida incluso en redes sociales, e impulso a una economía textil circular
«Los acuerdos voluntarios de Shein son papel mojado y urgen leyes contundentes que frenen esta avalancha de ropa», afirmó Sara del Río, responsable de investigaciones de Greenpeace.