Diseñadoras crean moda sustentable en Israel

De vestidos de novia a joyas y accesorios la escena local vira rápidamente a la manufactura amigable con el medio ambiente en toda la cadena involucrada en la producción
Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, la moda global sufrió muchos cambios que, si bien eran esperables, se adelantaron alrededor de cinco años.
Una de estas actualizaciones de la industria corresponde a la sustentabilidad, algo que desde hace un tiempo comenzó a leerse como una prioridad en los informes comerciales de las principales marcas de moda.
En ese contexto, el coronavirus consiguió que todos se dieran en cuenta de que dependen de una cadena de suministro que involucra a muchos países, que hay que preocuparse por los empleados en todos los niveles, y que la próxima transformación o variante climática podría estar a la vuelta de la esquina.
Así, muchas compañías entendieron que debían comenzar a implementar prácticas sustentables para estar en sintonía con la actualidad y con las demandas de los consumidores.
En el plano local ya hay muchos diseñadores que crean colecciones más sostenibles que pueden ser definidas de varias maneras que van desde la obtención de materiales más ecológicos o el reciclaje de los que ya existen a producir en Israel, crear pequeñas colecciones y asegurarse de que cada trabajador de la cadena de valor reciba el pago justo.
En paralelo se llevan a cabo más eventos y charlas sobre sustentabilidad como la Semana de la Moda de Tel Aviv, que celebró la sustentabilidad con su patrocinador Kornit Digital.
“Nada se pierde”
Israel es conocido por su alta costura en lo que se refiere a los vestidos de boda, pero la moda nupcial es muy cara para ser usada una sola vez y eso es considerado un gran problema ambiental.
Adi Goldshmit, propietaria de una tienda de vestidos de novia ecológicos, empezó a utilizar telas sobrantes para crear vestidos y tops reciclados luego de que una vecina le pidiera que le hiciera uno. Desde entonces, las mujeres comenzaron a acercarse a Goldshmit.
Las primeras llegaron a la diseñadora porque no podían afrontar los gastos de un vestido de boda nuevo. “Esa fue una gran solución para ellas porque mi negocio es amigable con el medio ambiente y con el bolsillo, y el espíritu de las novias”, expresó, orgullosa.
En la actualidad, las mujeres llegan a su estudio con vestidos blancos que alguna vez fueron usados por algún familiar o con prendas blancas que tenían en su guardarropa. “Una de las primeras clientas me llamó y me dijo que no tenía vestidos blancos para traer, pero que sí contaba con una bolsa llena de camisones. Así fue como le creé un vestido de novia con esas prendas”, explicó la modista.
Goldshmit trabaja en el vestido mientras la futura novia lo viste para que esta pueda saber de inmediato si hay algo que no le gusta. Luego añade encajes, botones o cualquier otro accesorio sobrante que tenga de otros clientes.
“Hay veces en que tengo elementos que esperan por años para encontrar su destino. Hace poco utilicé un collar de perlas que alguien dejó aquí hace casi 12 años. Nada se desperdicia y cada artículo tiene un propósito”, remarcó Goldshmit .
Remeant es una startup de Israel que usa tecnología para reciclar el plástico de los materiales de embalaje y convertirlo en un género ecológico.
“Investigué mucho sobre el tema porque buscaba una solución para la gran cantidad de desechos plásticos. Me tomó cierto tiempo pero finalmente logré crear el género. Allí fue que comenzamos a producir nuestros propios bolsos, mochilas y carteras, y nos dimos cuenta de que queríamos compartir nuestra solución con todos”, contó la diseñadora textil Elinor Nathaniel, cofundadora de Remeant.
Hoy, las marcas y los diseñadores ya pueden comprar sus propios géneros de moda ecológica en Remeant. Estos vienen en diferentes colores y texturas, e incluyen diseños con burbujas para embalar, metales, mármol y lisos.
Por su parte, la diseñadora de joyas Noa Sharon es una de las fundadoras de un grupo de Facebook con miles de israelíes interesados en la moda sustentable.
“En una compañía, una debe tomar muchas decisiones estratégicas en diferentes cuestiones como el transporte, envío, marketing y el proceso real de creación, entre otras. Para mí, cada decisión ha sido una encrucijada para decidir si elegía el modo sustentable o no”, explicó Sharon.
En su estudio de Tel Aviv, la mujer diseña en pequeñas cantidades y no hace colecciones completas de anillos, aretes o collares. “Sólo hago mis creaciones cuando siento que es algo original, divino y creativo. Por ejemplo, algunos de mis conjuntos solo contienen un anillo y aretes”, describió.
Respecto al uso de materiales, Sharon trabaja con una empresa familiar que le provee restos de metales preciosos como plata y oro y ella los recicla.
“Hace un tiempo creé unos aretes hermosos con lo que había quedado en mi mesa de trabajo”, destacó Sharon, quien reconoció que le encanta jugar con nuevas técnicas para descubrir más opciones de creación.
Casi todo su ciclo de creación se realiza de forma local en Tel Aviv, y la mayoría de sus herramientas y materiales son de origen israelí.