La sostenibilidad como actividad estratégica
La gestión de la sostenibilidad debe comenzar desde niveles estratégicos, de no hacerlo, las empresas corren el riesgo de quedar fuera de los mercados internacionales
Leonor Fernández del Busto González
Socia de Iraltus
Quizá la problemática que enfrentan las empresas como consecuencia del impacto por la pandemia las haya obligado a priorizar la operación sobre la estrategia; sin embargo, hay temas que no pueden ser pospuestos so pena de morir en el intento; y la sostenibilidad es el más claro ejemplo en este sentido.
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Por definición, el desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de generaciones futuras de satisfacer sus propios requerimientos; y armonizando tres pilares esenciales: el cuidado ambiental, el desarrollo social y el crecimiento económico.
La gestión debe comenzar desde los niveles estratégicos, de no hacerlo, las empresas corren el riesgo de quedar fuera de los mercados internacionales.
La sostenibilidad es una cuestión integral que involucra a toda la organización; en ese sentido, se debe incorporar desde la definición de la estrategia y aterrizarla en operación, organización y cultura corporativa. En la medida que estos cuatro pilares estén alineados se favorecerá el desarrollo del negocio.
Tema crítico para el futuro
De acuerdo con el estudio de KPMG sobre la sostenibilidad en México llevado a cabo en 2020, la totalidad de las empresas encuestadas considera el tema de sostenibilidad como relevante y crítico para el futuro de las organizaciones, sin embargo, el 70% de los encuestados considera que el nivel de madurez en cuestiones relacionadas a la sostenibilidad en México aún es bajo. ¿Cómo comenzar a madurar la trascendencia de la sostenibilidad e implementar a nivel de toda la organización?
En el corazón de cualquier estrategia se ubica la propuesta de valor única a la que habrá que agregar una dimensión social, de tal manera que este impacto sea parte integral de la estrategia general, involucrando a todas las dimensiones del negocio. Es indispensable comenzar por permear su relevancia e involucramiento a todas las áreas de la empresa. Es de llamar la atención que, de acuerdo con la encuesta de referencia, mientras el 89% de los directores generales se ha involucrado en el tema y lo ven como algo relevante, el resto de los ejecutivos lo ven muy por debajo de este nivel.
Hay que partir de reconocer que el éxito empresarial y el bienestar social no significan un juego de suma cero, de hecho, una empresa sostenible aporta valor social, económico y medioambiental. No debe ser visto como un generador de costos, una restricción o un acto de caridad; sino desde un punto de vista estratégico que genera oportunidades, promueve la innovación y fortalece la ventaja competitiva.
Cuatro pilares del negocio
Parece que esta visión está convenciendo a través de la experiencia. El estudio de sostenibilidad de Grant Thornton dirigido a empresas medianas de todo el mundo reporta que el 48% de los encuestados considera que la sostenibilidad tendrá un impacto positivo en su empresa y el 47% espera que este enfoque repercuta en eficiencia operativa. Reitero, negocio y compromiso social no son incompatibles, no tienen por qué enfrentarse, son interdependientes.
Es crítico involucrar a la sostenibilidad desde los cuatro pilares del negocio, ya que comprende temas relacionados con la responsabilidad del producto o servicio que se ofrece, con las prácticas laborales, con el uso de energía, agua y residuos, con los derechos humanos, las comunidades, el Cambio Climático y la biodiversidad, salud y seguridad y con cumplimiento regulatorio, entre muchos otros.
De aquí que,9- no se trate de un tema genérico, con fórmula única, sino que cada empresa debe diseñar su propio traje a la medida.
Hoja de ruta
Dentro de los temas relevantes a considerar para identificar necesidades y a partir de éstas desarrollar una estrategia integral de sostenibilidad en las empresas se deberían de incluir los siguientes:
• Recursos energéticos: Análisis de eficiencia energética, fuentes de energía utilizadas, tipo de combustible, horarios de consumo, aislamiento, generación, optimización del consumo de combustibles.
• Optimización del uso de recursos próximos: Conocimiento para el aprovechamiento de las ventajas que ofrece el entorno en el que desempeñamos la actividad económica como disponibilidad de transporte, proveedores, materias primas, talento, instalaciones de energía renovable, disponibilidad y uso de agua; análisis de eficiencia de uso de agua. Aplicación de los principios de economía circular con el objetivo de reducir la entrada de materiales y la producción de desechos.
• Medición de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI): Identificación de herramientas adecuadas para medir las emisiones de GEI, a partir de la medición de consumos energéticos plantear retos. El 69% de las empresas encuestadas no cuenta con un inventario de emisiones de CO2 y un número muy similar no planea hacerlo en un año.
• Cultura de sostenibilidad: De qué punto partimos frente a una cultura de usar y tirar, en la que se prioriza la inmediatez, el individualismo y la despreocupación por el futuro. En este sentido, promover salarios justos, compromiso con la comunidad, formación continua de los colaboradores, atención a seguridad y salud, gestión ecológica del transporte, corresponsabilidad con el ambiente; de tal manera que desde la empresa se genere bienestar integral para toda la comunidad.
Impacto en el valor de marca
Operar de manera sostenible hace a tu empresa más rentable y resiliente, genera un impacto en el valor de la marca, abre puertas para lograr mayor acceso al capital y responde mejor a las expectativas de colaboradores, clientes, proveedores y a la sociedad en general, creando un círculo virtuoso que da base a tus objetivos de crecimiento de largo plazo.
La necesidad de actuar en materia de sostenibilidad es más urgente que nunca, las empresas no pueden darse el lujo de quedarse al margen. Para que esto pase de ser una buena intención, la sostenibilidad debe integrarse a la planeación estratégica; con proyectos y actividades concretas en las que se establezcan compromisos de medición y de seguimiento de indicadores.
Necesaria una visión estratégica
La oportunidad de sobrevivir a largo plazo será para aquellas empresas que entiendan los retos y los riesgos de la economía global; de tal manera que desde una visión estratégica logren adaptar sus modelos de negocio, gestionando su impacto en todos los ámbitos. Estos ajustes tendrán que alinearse con la operación, la organización y la cultura empresarial, temas que analizaremos en ediciones siguientes.
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