Tras 100 años de contar con los clásicos chiles enlatados de La Costeña, puedes recordar de dónde proviene ese portalápices en tu escritorio o la alcancía de la sala. Aquí te decimos qué ha hecho la empresa mexicana para mantener un camino sostenible

En 1923 La Costeña era una abarrotería ubicada en las inmediaciones de Tlatelolco, propiedad de Vicente López Resines, un visionario mexicano. Ahí comenzó una historia en la que los chiles serranos y largos en vinagre se convirtieron en un éxito

En 1937 se inauguró la primera planta de producción en la Ciudad de México. Para la década de los 50, los productos enlatados de la empresa ya estaban en todo el país. Y el Estado de México no era la excepción, pues abrieron otra nueva planta en Ecatepec.

Camino sostenible

Llegados los años ochenta, La Costeña sustituyó los envases soldados con plomo por otros sellados de manera electrostática, con la finalidad de proteger el medio ambiente. Al tiempo, instaura otra planta de producción, pero ahora en Guasave, Sinaloa, elaborando puré de tomate y vegetales.

El rumbo hacia la sostenibilidad se tejía de a poco, paso a paso. En la nueva planta introdujeron un sistema de envasado aséptico Combibloc. Con ello lograron eliminar microorganismos mediante la ultrapasteurización en envases de cartón.

En 2007 inicia actividades el Centro Automatizado de Distribución, considerado uno de los más grandes de Latinoamérica por su capacidad, magnitud y número de operaciones. En 2011 inauguran el segundo centro.

Latas de acero

Las cualidades y ventajas que tiene el acero sobre otros metales posibilita que los envases de La Costeña sean reutilizables al 100%, además reduce los costos.

Por ello, la compañía produce sus propias latas y utiliza un recubrimiento que las hace más resistentes a las abolladuras. Esto ayuda a mantener la calidad de los alimentos, aún si lata llega a sufrir algún daño exterior.

Para 2019, La Costeña obtiene el Distintivo ESR 2019 por parte de CEMEFI, de esta forma se avala como una Empresa Socialmente Responsable.

Uso del agua

La compañía realiza campañas de concientización para ahorrar el agua, así como implementa acciones para el cuidado y reutilización del agua.

Ante ello, cuentan con una planta de tratamiento de agua, la cual recibe y trata las descargas de agua que se generan en los procesos de producción. Esta tiene un sistema de autoabastecimiento de energía y paneles solares que abastecen distintas áreas. Esta agua tratada se utiliza para el riesgo de zonas verdes y sistemas de enfriamiento.

Biogás

Además La Costeña cuenta con una planta cogeneradora de biogás. De esa manera reduce 30% el consumo de gas y energía, al utilizar sistemas de iluminación y motores más eficientes. También sustituyó los quemadores en las calderas de envasado de chile al colocar dispositivos de ahorro en los hornos de litografía, con el fin de cuidar el uso del gas natural.

Cabe señalar que la compañía se adhirió al Pacto Mundial de las Naciones Unidas en 2019. Bajo tres ejes: medio ambiente, niñez y educación, su objetivo es atender los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS).

Hoy por hoy, la empresa oferta más de 400 productos, con 19 diferentes líneas de producción totalmente automatizadas

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