El déficit auditivo, técnicamente llamado socioacusia, genera cambios en la regulación del sistema nervioso central, cefalea, alteración del sueño y estrés. Además de alteraciones momentáneas en la conducta, como irritabilidad, fatiga, neurosis y depresión; alteración del sistema circulatorio y digestivo; aumento de secreciones hormonales (de tiroides y suprarrenales); así como disfunción sexual.
El ruido es el agente invisible e impalpable que puede originar esos malestares. Suele ser ignorado porque su presencia aparentemente no tiene repercusión alguna. Incluso se llega a considerar inocuo.
Visibilizar el problema
No obstante, es necesario visibilizar el problema de la contaminación acústica. Porque es un problema de salud pública, pues afecta a las personas no sólo durante las horas de descanso, sino al realizar sus actividades cotidianas.
Se trata de una problemática compleja, sobre todo en las grandes ciudades —aunque no exclusivamente—. Ahí transitan miles de automotores de todo tipo por suelo y aire. También prolifera el comercio, la industria, los centros de entretenimiento y otras fuentes fijas y móviles que producen ruido en mayor o menor grado, y que solos o en conjunto generan estridencia.
Lo que todos debemos saber es que el ruido tiene un grave impacto en la salud. Así lo ha documentado el Centro para la Audición y Comunicación (CHC), mismo que proclamó en 1996 como Día Internacional de la Concientización sobre el Ruido. Con el fin de alertar y crear conciencia sobre los riesgos del ruido para el trastorno auditivo y su impacto en la salud.
El educador Edward B. Nitchie fundó en 1910 el Nitchie Service League Inc., que más adelante adoptó el nombre actual de CHC. Este personaje padeció sordera y sufrió las consecuencias de su discapacidad a nivel personal y laboral. Por ello comenzó a trabajar con amigos y otras personas con pérdida auditiva. Así mejoró la calidad de vida de las personas con problemas similares. A la fecha, el CHC brinda servicios integrales a personas con sordera, problemas de audición o pérdida de audición.
Problema de salud pública
El ruido ha sido identificado como un problema de salud pública que produce déficit auditivo o socioacucia, entre muchos otros problemas que impactan la salud. Por lo mismo, debe ser atendido por la sociedad en su conjunto, debido a que la contaminación acústica afecta a las personas mientras duermen o efectúan cualquier actividad.
A decir del CHC, se trata de una problemática de gran complejidad. Sobre todo en las grandes urbes, donde se suman grandes volúmenes de tráfico, industria o sector turístico y de ocio. Aunado a ello, cada ciudad, municipio o país tiene una legislación distinta sobre el ruido, lo que ameritaría buscar la unificación de criterios en torno a este tema.
La NOM-081-SEMARNAT establece como límite máximo permisible de nivel de sonido emitido por fuentes fijas, los 55 decibeles (dB) entre las 6:00 y las 22:00 horas y de 50 de las 22:00 a las 6:00 horas.
Para las zonas industrial y comercial, el límite máximo permisible es de 68 decibeles (dB) entre las 6:00 a 22:00 horas y de 65 de 22:00 a 6:00 horas. El límite máximo permisible del nivel sonoro en escuelas durante el juego será de 55 decibeles y en ceremonias, festivales y eventos de entretenimiento, de 100, durante no más de cuatro horas.
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