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¿Qué son los créditos de carbono?

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¿Qué son los créditos de carbono?

créditos de carbono


¿Haz leído el concepto “créditos de carbono” y te preguntas en qué consiste esto? Aquí te decimos de qué se trata

Los créditos de carbono son un instrumento internacional que permite a empresas y países compensar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) más difíciles de eliminar. ¿Cómo? Invirtiendo en proyectos que mitiguen los gases de efecto invernadero, como la captura de CO2 o la reforestación.

El CO2 tiene muchos costos. Su exceso provoca eventos meteorológicos extremos, así como daña los ecosistemas y con ello nuestros medios de supervivencia. Puedes conocer más sobre sus efectos en el medioambiente aquí. Asimismo, también tiene un precio de mercado, uno que tiene que ver con los créditos de carbono y tres décadas de esfuerzos para frenar el cambio climático.

Los créditos de carbono nacieron con el objetivo de mitigar el cambio climático; premiar a quien se esfuerce para reducir su huella de carbono; y penalizar a quien no lo haga.

¿Cómo se pone un precio a los gases de efecto invernadero?

El pasado 4 de febrero de 2023, en el mercado europeo, el crédito de carbono se acercó a los 100 euros. Una cifra que nunca se había alcanzado desde la creación en 2005 del Régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (ETS, por sus siglas en inglés). Este fue el primer gran mercado de créditos de carbono del mundo y hoy en día sigue siendo la referencia.

Un crédito de carbono es un permiso de emisiones. Por cada uno de los también llamados bonos de carbono, una empresa o un país tiene derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono; o el equivalente de otro gas de efecto invernadero (GEI). En función del sistema empleado, cada entidad posee un número limitado de créditos. De esta manera puede adquirir nuevos. Al comprar bonos de carbono a un tercero; o al generarlos a través de proyectos de mitigación. Por ejemplo, la captura de carbono mediante la reforestación.

El objetivo de este sistema es reducir las emisiones de los gases que están cambiando el clima. Al penalizar a las empresas y países más contaminantes y al abrir vías de financiación alternativas para aquellos que no gasten sus créditos y decidan traspasarlos. Sin embargo, según información de BBVA, el desarrollo y aplicación del mercado de bonos de carbono en el mundo ha sido bastante desigual.

Primer sistema de créditos de carbono

En los años ochenta del siglo pasado, cuando la nueva realidad medioambiental hacia la que nos dirigíamos empezaba ya a ser innegable, empezaron a surgir proyectos que buscaban proteger la biodiversidad y los recursos naturales de los países en vías de desarrollo a cambio de cancelaciones de deuda pública. Estos sentaron las bases del primer sistema de créditos de carbono, que sería redactado a finales de la década siguiente.

El Protocolo de Kyoto, firmado en diciembre de 1997, fue el primer acuerdo internacional frente al cambio climático. Bajo este documento, los países se comprometieron a reducir sus emisiones de GEI y establecieron el primer sistema de créditos de carbono. Éste se fundó a través de dos mecanismos que todavía hoy siguen vigentes:

  • Clean Development Mechanism (CDM). Permite a los países industrializados que tengan un compromiso de reducción de CO2 invertir en proyectos que reduzcan las emisiones en los países en desarrollo para compensar aquellas emisiones más difíciles de eliminar en sus propios territorios.
  • Joint Implementation (JI). Permite a los países industrializados compensar parte de las reducciones a través de proyectos que reduzcan las emisiones en otros países desarrollados.

Los resultados del sistema del protocolo de Kyoto no han sido exactamente los esperados. Más allá de que la emisión de GEI ha seguido aumentando, ha sido imposible concretar un sistema global de acreditación de los bonos de carbono. Es decir, no se ha conseguido certificar con seguridad que los créditos de carbono se han estado usando como deberían. Esto ha minado su utilidad y la confianza en el esquema.

Un sistema unificado y global quizá logre sentar las bases de un mercado que cumpla con el objetivo real para el que nacieron los créditos de carbono.

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