¿Qué son las dietas sostenibles?
A nivel mundial los hábitos alimentarios poco saludables siguen siendo uno de los principales factores que contribuyen a la carga mundial de morbilidad y a la crisis climática. Aquí te decimos qué son las dietas sostenibles y en qué benefician, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural
De igual manera, los impactos ambientales de la producción agrícola son una fuente de morbilidad y mortalidad.
¿Dietas sostenibles?
Son aquellas que generan un impacto ambiental reducido y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional; así como a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable.
Además protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas. Son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles y nutricionalmente adecuadas, inocuas y saludables. A la par optimizan los recursos naturales y humanos.
Para ser sostenible, la agricultura debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Al mismo tiempo garantizar la rentabilidad, la salud ambiental, y la equidad social y económica.
La alimentación y la agricultura sostenibles contribuyen a los cuatro pilares de la seguridad alimentaria: la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad. Adicionalmente, ayuda a las tres dimensiones de la sostenibilidad (ambiental, social y económica).
¿Qué incluyen?
La dieta sostenible comienza desde los primeros años de vida con la iniciación temprana del lactancia materna. Es decir, con la lactancia maternal exclusiva hasta los 6 meses de vida y continuada hasta los dos años o más, combinada con una alimentación complementaria adecuada.
Se basan en una gran variedad de alimentos no procesados o mínimamente procesados. Los cuales representan de forma balanceada todos los grupos de alimentos, con restricciones en cuanto a comidas y bebidas altamente procesadas.
Incluyen cereales integrales, frutos secos, frutas y verduras variadas en abundancia. Pueden incorporar huevos, productos lácteos, aves y pescados en cantidades moderadas, así como carnes rojas en pequeñas porciones; agua potable limpia y segura como líquido de preferencia.
Asimismo, son adecuadas, pues satisfacen pero no exceden las necesidades de energía y nutrientes para el crecimiento y el desarrollo. De esta manera cubren los requerimientos para una vida activa y saludable a lo largo del ciclo de vida.
Son saludables
Son consistentes con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se dirigen a reducir los riesgos de enfermedades no transmisibles relacionadas con la alimentación y asegurar la salud y el bienestar de la población.
Contienen niveles mínimos (o de ser posible ningún contenido) de patógenos, toxinas o cualquier otro agente que pueda causar enfermedades transmitidas por los alimentos.
Son anti crisis climática
Mantienen dentro de los límites establecidos las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de la tierra y el agua, la aplicación de nitrógeno y fósforo, al igual que la contaminación química.
Preservan la biodiversidad, incluyendo la relacionada con los cultivos, la ganadería, los alimentos derivados de los bosques y los recursos genéticos acuáticos, y evitan la caza y la pesca excesivas. Minimizan el uso de antibióticos y hormonas en la producción de alimentos.
Reducen el uso de plásticos y sus derivados en el empaque de alimentos; la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Se basan en el respeto a la cultura local, prácticas culinarias, conocimientos y patrones de consumo. Al igual que en los valores sobre las maneras cómo se obtienen, producen y consumen los alimentos.
Por otro lado, son accesibles y deseables. En vista de que evitan repercusiones negativas relacionadas con la distribución del tiempo. Por ejemplo, tiempo dedicado a la compra y preparación de los alimentos; del mismo modo que a la adquisición de agua o combustible).
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