domingo, septiembre 14

ECOLIFE Conservation benefició a más de 70 mil personas en México con estufas sustentables y educación ambiental. Con ello contribuyó a reducir emisiones de carbono, mejorar la salud y fortalecer la justicia climática comunitaria

Estufas sustentables, menos leña y más salud en los hogares

En México, más de 28 millones de personas siguen cocinando con leña en fogones abiertos, lo que representa una amenaza directa a su salud, sus bosques y al clima global. Frente a esta problemática, la organización ECOLIFE Conservation ha demostrado que es posible cambiar esta realidad mediante tecnología limpia, educación ambiental y un modelo de colaboración con impacto medible.

Desde 2017, ECOLIFE ha trabajado en México a través de proyectos como Tsasú –que en lengua mazahua significa “proteger”–, instalando 14,950 estufas sustentables y eficientes en comunidades de Michoacán, Estado de México y Querétaro. Estas estufas han reducido hasta en un 50% el consumo de leña, beneficiando a más de 66,000 personas que hoy cocinan sin exponerse al humo tóxico.

Las cifras hablan por sí solas: gracias a este modelo, se han evitado 128,208 toneladas de CO₂e, cantidad que equivale a lo que emite un fogón abierto en aproximadamente 12,000 hogares durante un año. Además, estas emisiones han sido certificadas como créditos de carbono por Gold Standard, lo que permite a empresas compensar su huella ambiental de manera tangible y socialmente responsable.

La tecnología implementada, como la estufa Patsari, puede ahorrar hasta 5.62 toneladas de leña al año por familia y mitigar 5.21 toneladas de CO₂e anuales. Para muchas mujeres en comunidades rurales, este cambio ha significado una mejora radical en su calidad de vida.

“Antes, cocinaba con un fogón que me hacía daño. Hoy ahorro leña, respiro mejor y hasta comencé mi propio negocio de tortillas”, comparte Teresa San Antonio, una de las beneficiarias del proyecto en Michoacán.

Educación ambiental desde las aulas rurales

Además del cambio tecnológico, ECOLIFE se enfoca en la educación. Con el proyecto Amamba Echeri –“Madre Tierra” en lengua purépecha–, la organización ha capacitado a 5,987 estudiantes en 85 escuelas rurales. A través de 166 talleres en 66 comunidades, niñas y niños han aprendido sobre separación de residuos, biodiversidad, cambio climático y energías limpias.

Esta formación busca sembrar conciencia ambiental desde edades tempranas, fortaleciendo el vínculo de las nuevas generaciones con la naturaleza y su rol activo en la protección del entorno.

La estructura operativa de ECOLIFE se basa en alianzas estratégicas con empresas, donantes y voluntarios que buscan soluciones medibles, trazables y escalables. Gracias a ello, su modelo contribuye a siete de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, permite la deducibilidad fiscal de las donaciones y genera valor social y climático para los sectores involucrados.

“No fomentamos el modelo asistencialista hacia las comunidades en las que operamos; nuestro objetivo es co-diseñar programas y soluciones de la mano con ellas. Nuestro modelo une acción local con visión global, y es una vía real para transformar vidas y ecosistemas con impacto colectivo, compromiso compartido y propósito sostenible entre comunidades, empresas y personas para un futuro más justo y regenerativo”, explicó Eduardo Ramírez, director de operaciones de ECOLIFE México.

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